En España, el 42,6% de la población mayor de 18 años tiene hipertensión, o lo que es lo mismo, tener valores de tensión arterial por encima de los recomendados. La hipertensión es uno de los factores de riesgo cardiovasculares más importantes para desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Por lo que es importante, mantener a raya nuestra tensión arterial. Porque recordemos que evitando éste y otros factores de riesgo cardiovasculares como son el colesterol, la obesidad, la diabetes, etc. podemos evitar hasta un 80 o un 90% el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.

Según indica la Fundación Española del Corazón (FEC), en su última publicación dedicada a la hipertensión, los valores ideales serían aquellos iguales o inferiores a 120/80 mmHg y los normales los iguales o inferiores a 135/85 mmHg.

Los valores ideales de tensión arterial serían aquellos iguales o inferiores a 120/80 mmHg y los normales aquellos que sean iguales o inferiores a 135/85 mmHg

Fundación Española del Corazón (FEC)

Por su parte, tener hipertensión es cuando los valores superan los 140/90 mmHg. La sal es sin duda el enemigo directo de esta factor de riesgo, ya que su consumo elevado está directamente relacionado con la hipertensión, por ello la primera medida a tomar sería reducir en la medida de lo posible, y cuanto más mejor, la sal de nuestra dieta.

Como apunta en este artículo la Dra. Teresa Partearroyo, profesora Titular de Nutrición y Bromatología en la Universidad CEU-San Pablo y miembro del Comité de Nutrición de la FEC, la sal guarda una relación lineal con nuestra presión arterial pero también puede predisponer al desarrollo de otras enfermedades como son laosteoporosis, el asma y otras patologías respiratorias, la obesidad y el cáncer de estómago.

Reducir la sal de mesa y también la sal invisible

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no tomar más de 5 gramos de sal (o lo que es lo mismo 2 gramos de sodio) al día, es decir, algo menos que una cucharada de té o de café por día.

Pero en esta cantidad no está incluida solo la sal de mesa, es decir, la sal que echamos cuando cocinamos o la que echamos en las ensaladas sino también la llamada sal invisible, aquella oculta en los alimentos y productos procesados.

Como explica en dicho artículo la doctora Pertearroyo, entre un 70 y un 75% de la sal que consumimos de manera diaria es de esa sal oculta en los alimentos. Por lo que, en este sentido es importante escoger siempre aquellos productos que sean reducidos en sal y observar el etiquetado de los alimentos y tener en cuenta la sal.

"Como referencia, debemos saber que 1,25 gramos de sal por cada 100 gramos de producto es un contenido muy alto en sal", apunta la experta, por lo que debemos siempre escoger productos por debajo de esa cantidad. E intentar evitar el alto consumo, en general, de productos ultraprocesados.

Las especias, las grandes aliadas para sustituir la sal

Uno de los trucos más importantes y además saludables para sustituir la sal en las comidas es usar, en su lugar, especias. Especias de todo tipo: orégano, tomillo, clavo, nuez moscada, pimentón, jengibre... Incluso, frutos cítricos como el limón o la lima, muy utilizados en otras cocinas.

El truco para sustituir la sal en las comidas es usar, en su lugar, especias de todo tipo: orégano, tomilla, nuez moscada, pimentón... Incluso, un buen aceite de oliva virgen extra

FEC

También puede valer y de hecho, muchas personas lo utilizan, son los diferentes tipos de aceites de oliva virgen extra que tenemos para aderezar nuestra ensaladas o tostas o tostadas sin necesidad de sal. Pues el sabor de ese aceite de oliva (existen mil variedades) potencia y da un sabor especial a todo nuestro plato.

Como apunta la doctora en dicho artículo de la FEC, "el consejo que damos los expertos es introducir especias y condimentos en nuestra cocina y sustituir con ellos la sal que solíamos añadir". De hecho, el paladar se va acostumbrando y le damos a las comidas más sabor, sin necesidad de sal y se van descubriendo incluso, sabores nuevos que con la sal podíamos no notar.

Las especias son además una grandes aliadas para nuestra salud, pues "su alto contenido en aceites esenciales es el responsable de que éstas (las especias) potencien y realcen los olores y sabores de los alimentos", finaliza la experta.