Un estudio ha demostrado que un fármaco comúnmente recetado para la artritis reumatoide puede suprimir la progresión de la diabetes de tipo 1. El estudio realizado por Investigadores del Instituto de Investigación Médica St Vincent (IVS) de Melbourne (Australia) y publicado en la revista científica 'New England Journal of Medicine'. Se trata del primer ensayo mundial en humanos.
El fármaco en cuestión se llama baricitinib y es comúnmente recetado para mejorar y frenar la progresión de la artritis reumatoide y ahora ha demostrado que puede suprimir la progresión de la diabetes tipo 1, una enfermedad crónica en la cual hay un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre y el páncreas no produce insulina, que afecta alrededor del 10% de la población.
De este modo y según las conclusiones de este estudio, baricitinib puede preservar de forma segura y eficaz la producción de insulina propia del organismo y suprimir la progresión de la diabetes de tipo 1 en personas que iniciaron el tratamiento en los 100 días siguientes al diagnóstico.
"Cuando se diagnostica por primera vez la diabetes de tipo 1, todavía existe un número considerable de células productoras de insulina. Queríamos ver si podíamos evitar que el sistema inmunitario siguiera destruyendo estas células. Hemos demostrado que baricitinib es seguro y eficaz para frenar la progresión de la diabetes de tipo 1 en personas a las que se les ha diagnosticado recientemente", tal como afirma el profesor Thomas Kay del IVS, director de este estudio.
Esta investigación pionera promete ser el primer tratamiento modificador de la enfermedad para la diabetes de tipo 1 que puede administrarse en forma de comprimido, y esto "es tremendamente emocionante para nosotros ser el primer grupo del mundo en probar la eficacia del baricitinib como posible tratamiento de la diabetes de tipo 1", asegura el profesor Kay.
"Hasta ahora, las personas con diabetes de tipo 1 dependían de la insulina administrada mediante inyección o bomba de infusión. Nuestro ensayo demostró que, si se iniciaba con suficiente antelación tras el diagnóstico, y mientras los participantes seguían con la medicación, se mantenía su producción de insulina. Las personas con diabetes tipo 1 del ensayo a las que se administró el fármaco necesitaron mucha menos insulina para el tratamiento", añade el profesor.
El tratamiento de esta enfermedad autoinmune de por vida es increíblemente gravoso para los diagnosticados y sus familias, ya que requiere una meticulosa monitorización de la glucosa y la administración de insulina día y noche para mantenerse con vida.
Hasta el descubrimiento de la insulina hace más de 100 años, la diabetes tipo 1 era una enfermedad mortal. A pesar del papel salvador de la insulina, la terapia en sí es potencialmente peligrosa si se administra en exceso o en defecto, y la enfermedad sigue presentando complicaciones a largo plazo, como infarto de miocardio e ictus, problemas de visión, enfermedades renales y lesiones nerviosas.
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"Somos muy optimistas en cuanto a la disponibilidad clínica de este tratamiento. Supondría un enorme cambio en el tratamiento de la diabetes de tipo 1 y creemos que es prometedor como mejora fundamental de la capacidad de control de esta enfermedad", asegura la profesora Helen Thomas, responsable preclínica del ensayo.