Sabemos que cuando hay dinero de por medio, las relaciones familiares pueden fracasar. Sobre todo, cuando hay mucho. Mucho dinero. Como es el caso de la Primitiva o de la Bonoloto y ahora, con el Gordo en la Lotería de Navidad. ¿Es posible que el primer premio, incluso el segundo o el tercero, pueda romper lazos familiares?

Para que esto no ocurra -igual que a veces pasa en las herencias- es importante tener claro fundamentalmente dos cosas. Una, es que si el décimo no era compartido, la familia debe saber que el familiar no está obligado a compartirlo.

"Que si lo comparte, fenomenal, pero que no tiene la obligación de hacerlo. Y que por eso no nos querrá menos. Que eso no supone una prueba de amistad o de amor", afirma a laSexta Silvia Álava, doctora en Psicología y miembro del equipo directivo del centro Álava Reyes. Sabiendo esto, añade, "se evitarían muchos malentendidos".

Otra cosa diferente, claro está, es si el décimo es compartido entre varios y la persona que guarda ese décimo se niega a compartirlo. "Entonces el enfado sería lógico, porque esa persona está faltando a su palabra y al compromiso", sostiene.

No tomar decisiones en caliente

No obstante es importante reflexionar, dejar un tiempo para pensar y no tomar decisiones en caliente. Esto es, según explica Laura Baliña, psicóloga sanitaria del centro del Center Psicología Clínica, debemos gestionar la euforia lógica del momento de saber que nos ha tocado una gran cantidad de dinero.

"De repente contamos con un dinero que no teníamos y por la emoción comprensible del momento podemos decir cosas de las que luego nos arrepintamos. Es importante en primer lugar, saber cuánto nos ha tocado realmente y saber de verdad del dinero con el que disponemos finalmente. Por ejemplo, debemos restar el porcentaje que se lleva Hacienda, y los posibles agujeros o necesidades económicas que tengamos que cerrar", explica esta experta.

Es importante en primer lugar, saber cuánto nos ha tocado realmente y saber de verdad, del dinero del que disponemos finalmente. Una vez lo sepamos, entonces ya podemos tomar la decisión de compartirlo o no

Laura Baliña, psicóloga sanitaria

Y en segundo lugar, una vez hecho esto, podemos decidir si queremos compartirlo con nuestros familiares o amigos. También debemos sopesar "si queremos compartir porque realmente queremos o porque creemos que es una obligación", señala Baliña.

También sería de gran ayuda, si no sabemos muy bien cómo hacerlo, contar con un asesor financiero para que nos ayude a gestionar el dinero que hemos ganado. En ocasiones es mucho dinero de golpe y podemos no saber muy bien cómo gestionarlo. "Sería sin duda, en algunos casos una buena recomendación".

Tómate tu tiempo para comunicarlo

Igualmente es clave tomarse un tiempo para comunicarlo y tener claro qué vas a hacer con ese dinero. No hace falta decirlo de golpe. Calma. Cuando cada uno lo sienta.

"Podemos decírselo a la familia y mostrarle las dudas: De momento, voy a ver que hago con el dinero, no sé si voy a repartirlo o no. Trasmitir a los demás que ha habido un cambio en tu vida y que necesitas tiempo para gestionarlo y para tomar una decisión adecuada. También es importante saber decir 'no'", explica Baliña.

Además, puede también que, en base a las circunstancias personales de cada familiar, decidamos regalar a unos más que a otros. Y esto es importante también que se respete. Y relacionado con esto, es importante también "valorar las amistades porque igual ahora aparecen amigos que antes no estaban", indica.

Compartir y agradecer son predictores de felicidad

En el caso de que la persona decida no compartirlo, como hemos comentado ya, el familiar debe entenderlo. Que ello no significará que nos quiera más o menos, ni será una prueba de amistad", insiste Álava. Pero sí es importante comentarle a nuestro familiar que no estamos de acuerdo con la decisión que ha tomado de no compartir el premio. "Hagámoselo saber de una forma asertiva, y con respeto. Es decir, "sabiendo que para nada está obligado a compartir el premio pero que nos hubiera hubiera gustado que lo hiciera. Pero que le respeta en su decisión". No nos lo guardemos, hablémoslo. Con respeto", aconseja.

Y en el caso de que la persona decida compartirlo, es importante que haya un agradecimiento. Es decir, "no demos por hecho que la persona tiene que compartir el premio sí o sí, si lo hace, agradezcámoslo", sostiene Álava. Si no se agradece parece que que tuviera que compartirlo porque sí, sólo por el hecho de ser familia.

Por otro lado, es cierto que los premios compartidos tienen un mejor sabor. Ya que se ha demostrado que "uno de los mejores predictores de felicidad es hacer cosas por lo demás, ser agradecidos y generosos. Compartir. No hace falta repartir el premio a partes iguales porque el premio es tuyo y cada cual hace lo que quiere, sino que también pensemos que es un dinero con el que no contabas y que siempre está bien poder compartir algo en familia o con la gente que quieres. Como un predictor de felicidad más", concluye Álava.