Los niños y niñas españoles consumen más del doble del azúcar o azúcares añadidos del que deberían, más de lo que marcan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En concreto, 55,7 gramos/día, muy por encima del máximo de los 25 gramos/día que recomienda la OMS.

Pero además, hasta el 65% de ese azúcar añadido procede de alimentos con baja densidad nutricional: "Sólo el 35% de los azúcares añadidos consumidos por los niños españoles procede de alimentos con elevada densidad nutricional".

Todos estos datos son resultados del estudio observacional, presentado este jueves, "Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional", realizado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA), perteneciente de la Universidad de Granada y que ha sido publicado recientemente en la revista científico 'Nutrients'.

Por ello, es importante, según los responsables de este estudio, "revisar la dieta de los menores para privilegiar la presencia de alimentos con mayor densidad nutricionaly menor aporte de azúcares añadidos, así como perseverar en la estrategia de reformulación de productos por parte de la industria alimentaria". Por lo que el foco no se centra únicamente en las familias y en la educación nutricional sino también en la industria: en la necesidad de reformular sus productos para que no contengan tantos azúcares añadidos.

Para este trabajo se ha contado con una muestra de 1.775 adultos con hijos de entre 7 y 12 años, y que ha tenido como objetivo estimar la ingesta de azúcares añadidos y analizar la densidad nutricional de los alimentos que aportan estos azúcares a la dieta de los menores.

Alimentos con alta, media y baja densidad nutricional

Según los resultados, "el 65% de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños españoles procede de alimentos y/o productos con baja densidad nutricional". Tales como el azúcar blanco, mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial, barras de chocolate, bizcochos y repostería casera, bebidas energéticas y/o para deportistas".

Por otro lado, el otro 35% de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños españoles procede, por el contrario, de alimentos y/o productos con mayor densidad nutricional. De densidad media: postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados; y de densidad alta: yogures naturales, batidos envasados con al menos un 90% de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas".

Alimentos y/o productos con baja densidad nutricional

  • Azúcar blanco, mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial, barras de chocolate, bizcochos y repostería casera, bebidas energéticas y/o para deportistas

Alimentos y/o productos con media densidad nutricional

  • Postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados

Alimentos y/o productos con mayor densidad nutricional

  • Batidos envasados con al menos un 90% de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas

Según los datos del estudio y del índice NDIS, la leche es el alimento más consumido por los niños españoles y cuenta con una densidad nutricional muy alta, solo mejorada por las leches infantiles enriquecidas, que son el alimento con mayor aporte de nutrientes esenciales por ración. La leche aporta proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, magnesio, potasio, zinc, vitamina A, riboflavina y niacina, nutrientes esenciales para su etapa de desarrollo y crecimiento.

En el caso de los cereales de desayuno, obtienen una valoración nutricional alta y aportan el 5,9% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,3 g / día). Lo mismo ocurre con los batidos con al menos un 90% de leche, que también aportan estos nutrientes en cantidades similares con la diferencia de que contienen azúcares añadidos -aportan el el 6% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,4 g / día)-, por lo que podrían mantenerse en la dieta, ya que cuentan con un índice de densidad nutricional alto, siempre que exista un consumo global de azúcares añadidos por debajo de las recomendaciones establecidas por la OMS.

Por el contrario, las galletas y el cacao en polvo, que contienen más de 10,3 g/ración y 7,3g/ración de azúcares añadidos respectivamente, son consumidos con alta frecuencia (entre 4 y 6 veces a la semana) y, en consecuencia, son los dos alimentos que mayor cantidad de azúcares añadidos aportan cada día a la dieta de los niños españoles. Sin embargo, ambos alimentos no contribuyen significativamente al aporte de nutrientes esenciales por su baja densidad nutricional.

Por último, otra de las cosas más llamativas que refleja el estudio es que "los padres/madres tengan una percepción aceptable o buena sobre determinados alimentos con una baja densidad nutricional y que aportan un alto contenido en azúcares añadidos por ración". Particularmente llamativo el caso de los bizcochos y de la repostería casera: los padres valoran con un perfil nutricional bueno, equivalente al de las leches enriquecidas infantiles o las bebidas vegetales, cuando aportan 17 g de azúcar añadido por ración y tienen un bajo índice de densidad nutricional. O el de las galletas, consumidas ampliamente por la mayoría de niños, que son percibidas positivamente, a pesar de aportar más de 10 g de azúcar añadido por ración.

Recomendaciones de los expertos

  • Un alimento no debe evaluarse sólo en función del azúcar que contiene, sino que deben considerarse el resto de nutrientes que éste puede aportar a la dieta, es decir, su densidad nutricional.

"Se debe concienciar a la población para disminuir el consumo de todos los productos que contienen azúcares añadidos, prioritariamente de aquellos con baja calidad nutricional. En el contexto de una dieta saludable y nutricionalmente adecuada, se podría mantener un consumo ocasional (1-2 raciones/semana) de productos con calidad nutricional baja, siempre que el contenido de azúcares añadidos sea bajo o moderado", tal como apunta Jesús Francisco Rodríguez Huertas, director del estudio.

  • Dar a los pequeños menos productos con azúcar (no eliminarlos sino reducirlos)

"Se debería fomentar una menor presencia en la dieta de productos que están aportando cantidades significativas de azúcares añadidos en favor de otros similares o equivalentes sin azúcares añadidos, por ejemplo el yogur natural en lugar del yogur azucarado o saborizado".

Porque no se trata de demonizar el azúcar ni a otros productos, concluyen los expertos, sino de reducir el consumo, de tomar determinados productos de forma más ocasional, sin que estén presentes de forma diaria en la dieta y alimentación de los pequeños.