Una investigación ha demostrado que la actividad o el ejercicio físico por la tarde-noche mejora la regulación de la glucosa tanto en mujeres como en hombres con sobrepeso u obesidad, lo que podrá aplicarse en población con riesgo de padecer diabetes tipo 2, aquella cuya responsable en el 90% de los casos es la obesidad.
Investigadores de la Facultad de Ciencias del Deportes de la Universidad de Granada (UGR), junto a los hospitales Clínico San Cecilio y Virgen de las Nieves de Granada, así como la Universidad Pública de Navarra, entre otros, han analizado el impacto de acumular una mayor cantidad de actividad física por la tarde en personas con obesidad.
El estudio se ha centrado en analizar si el momento del día en el que se hace ese ejercicio influye en la regulación de la glucosa, que mejora con la actividad. Los investigadores Antonio Clavero-Jimeno y Jonatan Ruiz, de la UGR y el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud (iMUDS), han liderado este estudio diseñado para demostrar si ser más activos en un momento del día puede maximizar los beneficios cardiometabólicos de la actividad física.
"Escoger el momento del día ideal parece ser una estrategia emergente para potenciar los beneficios de la actividad física en el metabolismo de la glucosa, especialmente en personas con resistencia a la insulina y en riesgo de padecer diabetes tipo 2", han detallado.
Entre las 18 y las 00:00 horas de la noche
Los resultados del estudio han puesto de manifiesto que acumular una mayor cantidad de actividad física de intensidad moderada-alta por la tarde-noche, es decir, entre las 18h de la tarde y las doce de la noche, tiene un efecto positivo en la regulación de la glucosa de hombres y mujeres con sobrepeso u obesidad.
Además, los beneficios de la actividad física son mayores en las personas que presentan alguna alteración en el metabolismo como niveles elevados de glucosa, hemoglobina glicosilada y/o el índice de resistencia a la insulina en ayunas, unos resultados que son similares tanto en hombres como en mujeres.
En la investigación han participado 186 adultos, igual número de hombres que de mujeres y de una medida de edad de 47 años, todos con sobrepeso u obesidad, que durante 14 días han llevado un acelerómetro y un monitor para medir la cantidad de actividad física y los niveles de glucosa durante 24 horas cada día.
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Cada jornada se ha clasificado como "inactiva" si no se acumulaba nada de actividad física o de mañana, tarde o noche en función de las horas en las que se registraba actividad física para ese día. Los resultados pueden aplicarse especialmente en una población en riesgo de padecer resistencia a la insulina o diabetes tipo 2 para prescribir ejercicio físico en una franja horaria determinada.