Día sí y día también somos bombardeados constantemente de dietas milagrosas que juran cambiar nuestras vidas. La detox, paleo, mediterránea, keto, perricone y cientos más que se vuelven virales en Internet de forma sucesiva. Sin embargo, algo que siempre parece estar en los consejos de los influencers amantes del gimnasio y la nutrición es el uso de comida ‘bio’ o ‘eco’. Pero ¿realmente tienen algún beneficio añadido para la salud?

Primero, es importante tener claro que ‘bio’ y ‘eco’ son sinónimos. También es usual ver referidos a estos ingredientes como alimentos ‘orgánicos’. Más allá de las palabras con florituras y los significados añadidos a posteriori, lo que les da esta categoría no es qué tan sano es sino el cumplir con las regulaciones de la UE. El Reglamento 2018/848 de la Unión Europea establece una serie de parámetros para que un alimento sea considerado ‘bio’ entre ellos:

  • Ningún uso de organismos modificados genéticamente (OMG)
  • La producción ganadera debe haber sido adaptada al lugar con una estrecha vinculación con el bienestar del suelo.
  • No se pueden haber usado fertilizantes de origen artificial, plaguicidas, fertilizantes, y hormonas, así como de aditivos en la medida de lo posible.

Por ende, no hay ninguna connotación en cuanto a que deben ser más saludables. El beneficio intrínseco de los alimentos ‘bio’ no viene dado tanto lo que hace en nuestro cuerpo sino más bien por su sostenibilidad. Los alimentos de este tipo siguen unos parámetros para provocar una agricultura más amigable con el medio ambiente, lo cual lo hace la mejor opción a la hora de comprar.

Por ejemplo, en el caso de los huevos estos vienen marcados del 1 al 3, siendo el 1 el de mejor categoría —‘bio’. La ventaja de los huevos ecológicos es que hay mejoras en las condiciones de vida de la gallina. Son gallinas camperas que caminan en el aire libre, mientras que las de categoría 2 y 3 viven en peores condiciones. Estas dos últimas viven en espacios increíblemente reducidos, con cientos apiñadas entre sí o en jaulas, sin siquiera luz solar. Una condiciones que ya Igualdad Animal ha calificado de “crueldad”.

Se han hecho muchos estudios para tratar de discernir los beneficios a la salud de los alimentos ‘bio’. La mayoría llegan a conclusiones como las del artículo publicado en Environmental Health Journal: hay pruebas de que puede haber beneficios para la salud, pero hay variables coexistentes que dificultan delimitar los efectos aislados de los alimentos ‘bio’. En el estudio dicen que los alimentos orgánicos pueden reducir el riesgo a enfermedades alérgicas y la obesidad. Sin embargo, como los sujetos que comen alimentos ‘bio’ suelen, además, llevar una vida sana en general, no es posible delimitar que los beneficios son causados por los alimentos de este tipo.

Tampoco se puede afirmar que sean más salubres y que ayuden a prevenir brotes de enfermedades. Tanto los alimentos ‘bio’ como los normales pasan por el mismo proceso de higienización después de ser obtenidos. Por ende, ambos tienen las mismas probabilidades de ser portadores de alguna enfermedad.

Para tener una agricultura sostenible es importante la prevalencia de los alimentos ‘bio’ en nuestra dieta. Pero si lo que buscamos es una manera de adelgazar, desarrollar más músculos o simplemente ser más saludable, lo mejor es llevar una dieta equilibrada. Consultar con profesionales que den instrucciones precisas dependiendo de las necesidades. Y en realidad, una dieta saludable tiene más que ver con los ingredientes en sí que con la etiqueta ‘bio’; un pimentón seguirá siéndolo tenga la calcomanía o no.