El melanomaes el cáncer de piel más agresivo y con peor pronóstico, que para este 2023 se estiman más de 8.000 nuevos casos. Además, se espera que para el 2040 sea el segundo tumor más diagnosticado en España, según las estimaciones. Los tratamientos están avanzando, especialmente gracias a las nuevas terapias de inmunología, pero es cierto que falta aún más investigación para llegar a mejor y más eficaces tratamientos.

Ahora, se ha descubierto, según un estudio probado de momento en ratones, que un fármaco empleado para diversas afecciones cardiovasculares, como la angina de pecho, podría actuar también frente al melanoma. El medicamento se llama ranolazina y según un estudio realizado en el centro de investigación biomédica de Navarrabiomed, el Instituto de Neurociencias CSIC-UMH y el IRB Barcelona, mejora en ratones la eficacia de las actuales terapias para el tratamiento del melanoma.

El estudio publicado en la revista científica 'Nature Metabolism'podría ofrecer una alternativa terapéutica para tratar el melanoma. Los pacientes con melanoma, en la mayoría de los casos, responden bien a las terapias dirigidas contra uno de los genes claves en la progresión tumoral: el gen BRAF. Sin embargo, pronto desarrollan resistencias a estas terapias y los tumores vuelven a crecer. Además, los últimos estudios clínicos sugieren que estos pacientes responden peor a inmunoterapia.

De este modo, y según indica esta investigación, se ha conseguido un conocimiento profundo del papel del metabolismo de los ácidos grasos en el desarrollo de resistencia a los inhibidores de BRAF y se ha demostrado la acción de este medicamento (ranolazina) para ralentizar la progresión tumoral. Su aplicación permite, según refiere el estudio, que las células de melanoma sean más visibles para el sistema inmunitario mejorando por tanto, la respuesta a las inmunoterapias y aumentando a su vez, la capacidad de los linfocitos de controlar el crecimiento tumoral.

"Este estudio demuestra que es posible reorganizar farmacológicamente el metabolismo de la célula tumoral para mejorar el efecto de terapias dirigidas e inmunoterapias. El siguiente reto es demostrar el efecto clínico de estas combinaciones en pacientes, así como estudiar el potencial de la ranolazina en otros tipos de cáncer. Para ello tenemos que entender mejor como actúa este fármaco tanto en las células tumorales como en el sistema inmune", ha resaltado Arozarena.

En el Instituto de Neurociencias se han desarrollado los ensayos de inmunoterapia con ratones y el estudio de las células inmunes del microambiente tumoral: "La inmunoterapia se ha consolidado como una estrategia terapéutica fundamental en melanoma y otros tipos de cáncer. A pesar de ello, numerosos pacientes no responden de manera óptima a estos tratamientos. Este trabajo muestra el impacto beneficioso de la combinación de ranolazina con inmunoterapia en modelos preclínicos de melanoma, lo que respalda su posible aplicación en pacientes", comenta una de sus autoras, la Dra. Berta Sánchez-Laorden, investigadora principal del grupo Plasticidad Celular en Desarrollo y Enfermedad de dicho centro.

Por otra parte, en el IRB Barcelona se han llevado a cabo los análisis de secuenciación de RNA de célula individual, que han permitido conocer en detalle el efecto de la ranolazina en el estado metabólico de las células tumorales: "Sospechábamos que el metabolismo de ácidos grasos era crucial en las formas más agresivas de melanoma, pero poder confirmarlo con un fármaco ya aprobado para su uso en humanos, es muy relevante. Ojalá estos resultados puedan ser la vía para cambiar la práctica clínica", asegura por su parte, el Dr. Salvador Aznar-Benitah, investigador ICREA y jefe del laboratorio Células Madre y Cáncer, y el laboratorio traslacional Alteraciones Metabólicas Sistémicas en el Cáncer.