La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publicó ayer lunes las evaluaciones de la calidad de aire; y las conclusiones fueron claras: la contaminación atmosférica causa más de 1.200 muertes prematuras al año entre los menores de 18 años en Europa y aumenta "considerablemente" el riesgo de contraer enfermedades en etapas posteriores de la vida.

En este trabajo, los responsables advierten que los niveles de contaminación atmosférica en Europa "siguen sin ser seguros", especialmente para los menores: "Los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a la contaminación porque sus cuerpos, órganos y sistemas inmunitarios aún se están desarrollando y la contaminación perjudica así la salud durante la infancia y aumenta el riesgo de enfermedad en etapas posteriores.

Tanto es así que ya en 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que hasta el 93% de la población infantil en todo el mundo está expuesta a niveles de partículas finas más altos de lo permitido, agravando así los casos de asma y de alergias en la infancia.

Los niveles de contaminación atmosférica en Europa son inseguros

No obstaste, la AEMA puntualiza que el número de muertes prematuras en este grupo de edad es "bajo" en relación con el total de la población europea estimado cada año, pero lo que está claro es que "las muertes en edades tempranas representan una pérdida de potencial futuro y conllevan una importante carga de enfermedades crónicas, tanto en la infancia como en etapas posteriores de la vida". También la exposición a la contaminación durante el embarazo está relacionada con el bajo peso al nacer y el riesgo de parto prematuro.

Por ello, la importancia de que la contaminación atmosférica se reduzca a niveles seguros, ya que según esta investigación, "la mejora de la calidad del aire en entornos como escuelas y guarderías y durante actividades como los desplazamientos escolares y los deportes puede ayudar a reducir la exposición de los niños".

"Es urgente que sigamos intensificando las medidas a escala comunitaria, nacional y local para proteger a nuestros niños, que no pueden protegerse a sí mismos. La forma más segura de mantenerlos a salvo es conseguir que el aire que todos respiramos sea más limpio", afirma Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA. Porque la realidad es que "los niveles de contaminación atmosférica en toda Europa siguen siendo inseguros y las políticas de calidad del aire deben tener como objetivo proteger a todos los ciudadanos, especialmente a los niños, que son los más vulnerables a los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud.

San Fernando y Santiago de Compostela, las ciudades más 'limpias'

Con respecto a España y según la reciente evaluación de la AEMA, las ciudades españolas que tienen el aire más limpio son San Fernando (Cádiz) ocupando el puesto 28 de toda Europa y Santiago de Compostela con el 29. Le siguen las ciudades Ceuta, en el puesto 52 y Elda (Alicante) en el 64.

Por su lado, la ciudad con peor calidad del aire, según este informe es Castellón de la Plana, que se sitúa 300 del total de 375 ciudades estudiadas. Algo por encima están Córdoba (271) y A Coruña (268), que también tienen una contaminación atmosférica "deficiente", ya que alcanzan una concentración de PM2,5 entre 10 y 15.

En general, y en toda Europa, las ciudades más limpias Faro (Portugal) y las ciudades suecas de Umea y Uppsala: según la AEMA estas tres serían las ciudades europeas "más limpias y con los niveles medios más bajos de partículas finas, o PM2,5, en los 2 últimos años".