Día Mundial sin Tabaco

¿Cómo convencer a alguien de que deje de fumar aunque aún no quiera hacerlo?

¿Por qué es importante? En España, el 22% de la población mayor fuma a diario y al menos el 40% no quiere o no puede dejarlo, según informan desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Una persona rompiendo un cigarro para dejar de fumar. Una persona rompiendo un cigarro para dejar de fumar.FreePik

Fumar es una adicción como otra cualquiera y, según los expertos, debe tratarse como tal. No es fácil dejar de fumar, aunque es cierto que cada vez existen más medicamentos que ayudan a los fumadores a dejar el tabaco, que es un claro factor de riesgo cardiovascular (su consumo aumenta el riesgo de enfermedades del corazón) y de padecer otras enfermedades como las respiratorias y diferentes tipos de cáncer.

En España, el 22% de la población española mayor fuma a diario y al menos el 40% no quiere o no puede dejarlo, según datos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), con motivo del Día Mundial sin Tabaco en la XXI Reunión del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular, que se celebró recientemente en Córdoba.

Actualmente, además, en España hay más fumadores hombres que mujeres, pero a partir de los 15-25 años las mujeres fuman igual o más que los hombres.

Para dejar de fumar es clave querer dejarlo y después, para asegurar realmente el éxito, buscar ayuda sanitaria. Esto es, como hemos explicado en esta sección de Bienestar en diferentes artículos sobre dejar de fumar, desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) explicaban que el tratamiento más adecuado consiste en una combinación de un tratamiento farmacológico y psicológico, siempre con la premisa, eso sí, de querer dejarlo. "Este tratamiento multiplica por cinco las posibilidades de dejar el tabaco".

Hay personas, no obstante, que no necesitan esta ayuda y podrán abandonar el tabaco por sí solas. Como advierten desde la SEMI, "el riesgo de enfermedades asociado al tabaquismo se incrementa de forma lineal con el número de cigarrillos fumados por día y con el tiempo de exposición".

Sin embargo, la buena noticia es que "dejar de fumar tiene un efecto beneficioso importante y rápido, con una reducción significativa del riesgo cardiovascular que puede igualarse al de los no fumadores tras varios años de abstinencia".

Esta misma semana, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha avanzado que la nueva ley antitabaco ampliará los espacios libres de humo más allá de las terrazas y las marquesinas de autobús, como ya había trascendido. Sanidad quiere prohibir fumar en también vehículos de trabajo -como furgonetas de reparto-, campus universitarios y discotecas y salas de fiesta al aire libre. Del mismo modo, tampoco se podrá fumar en instalaciones deportivas y piscinas de uso colectivo. De momento, están trabajando en un borrador del texto para que salga a audiencia pública y la voluntad es que vaya al Congreso lo antes posible, pero aún no hay fecha para que entre en vigor.

Consejos para dejar de fumar

Actualmente, prácticamente toda la sociedad conoce lo perjudicial que es el consumo de tabaco, "y sin embargo esto no implica siempre que la gente deje de iniciarse en el consumo, ni que las personas que ya han desarrollado la adicción abandonen el hábito", afirma Alba Mengual, psicóloga del Instituto Centta.

Y aunque la información sobre los riesgos del tabaco sigue siendo fundamental, "se ha observado que el miedo por sí solo no suele generar cambios sostenibles. De hecho, en muchos casos, provoca el efecto contrario: rechazo, sentimientos de culpa o ansiedad".

Además, debemos tener en cuenta que es muy habitual que una persona con adicción al tabaco, a lo largo de su vida, se plantee en muchas ocasiones la necesidad de dejar de fumar sin conseguirlo, claro, en muchas ocasiones.

Y antes de dar ese paso, explica la experta, "suele transitar por etapas previas de precontemplación, contemplación y preparación. Durante este proceso, la motivación puede variar según los ritmos y las circunstancias de cada persona" Comprender esto, añade, "nos puede ayudar a aceptar que las conversaciones que mantenemos ahora pueden significar una aportación breve, pero valiosa, para ir avanzando de etapa, aunque no generen un cambio inmediato".

Así, cuando queramos ayudar a un familiar/amigo a dar el primer paso para dejar de fumar, "lo más importante no es tanto convencer, como explorar y conectar con sus propias razones para cambiar", aconseja Mengual.

Y para que estas conversaciones, que quizás se repitan a lo largo del tiempo, puedan ir facilitando esto, "es necesario abordarlas con empatía, paciencia y comprensión, y así llegar a entender la función que este consumo puede estar cumpliendo en su vida", añade esta experta, quien a continuación enumera algunos consejos clave.

1. Evitar el juicio y crear un espacio seguro en el que la persona se sienta escuchada

Quienes quieren superar una adicción no solo enfrentan el desafío del consumo, sino también al peso del estigma que les hace sentir culpa y vergüenza.

2. Hacer preguntas abiertas

Para ayudar a la persona a reflexionar sobre las ambivalencias que suele haber a la hora de tomar la decisión y que permitan identificar las resistencias y miedos.

3. Explorar los beneficios que le aporta ese consumo y ofrecer alternativas más saludables para alcanzar esos beneficios

Por ejemplo, en el caso de la adicción al tabaco, es muy común que la persona diga que le ayuda a relajarse, es decir, a regular sus emociones. La nicotina en realidad es un estimulante del sistema nervioso, pero al aliviar los síntomas de abstinencia los fumadores creen que les da sensación de 'calma'.

Por otro lado, las personas fumadoras suelen asociar el acto de fumar con algún momento de descanso y esto también refuerza esa percepción. Desmitificar estas creencias y fomentar nuevas estrategias para la gestión emocional puede ser clave.

4. Ayudar a la persona a conectar con sus propios valores personales, que pueden fortalecer la motivación al cambio

Por ejemplo, valores como la responsabilidad personal ("me cuido porque soy responsable de mi salud y bienestar"), la salud familiar, etc.

5. Ofrecer ayuda profesional

Por último, y tal como concluye Mengual, en la actualidad, existen tratamientos específicos e integrales para dejar de fumar tabaco. Además del tratamiento psicofarmacológico que puede facilitar la abstinencia, hay intervenciones psicológicas adaptadas a cada caso: "Incluso, hay aplicaciones que ayudan a ponerse pequeños retos y que incorporan elementos de gamificación, aunque se recomienda que se usen como un complemento al acompañamiento profesional".