Unas dos millones de personas en España sufre disfagia, esto es, la dificultad para tragar alimentos sólidos: entre el 10 y 30% de los mayores de 65 años presenta algún tipo de dificultad en su deglución, algo que además padece hasta el 30,8% de las personas hospitalizadas.

Como explicaba en el artículo ¿Cómo detectar la disfagia?, la Dra. Paola Díaz Borrego, médica rehabilitadora y presidenta de la Sociedad de Rehabilitación Foniátrica (SOREFON), los síntomas o las señales que nos avisan de esta patología es tan sólo observar "si hay presencia de tos habitual cuando bebemos agua, o cuando comemos alimentos de doble textura como las naranjas, sandía o sopa de fideos". Igualmente, también, "si notamos que la comida no la podemos empujar en la boca y se queda parada en la garganta o la dificultad para masticar".

Se trata, tal como explica Beatriz Hernández, Directora de Párkinson Cuenca de "una enfermedad que padecen personas con párkinson, pero también puede tener los enfermos de ELA, ictus o cáncer. Normalmente, en su rutina diaria, trituran los alimentos para que estén lo más líquido posible y que los pacientes puedan tragar bien la comida y evitar así, la desnutrición que va asociada muchas veces a esta enfermedad.

Sin embargo, "al triturar la comida perdemos los sabores de la comida y terminamos juntando varios alimentos y se crea un sabor que no es el corriente", mantiene por su parte Reyes Oliver, logopeda de dicha asociación, por lo que es frecuente "que los pacientes con disfagia, terminen perdiendo el interés por la comida".

Adaptar las comidas para que las personas con disfagia disfruten de ellas

Es por ello, que más de 20 hosteleros de Cuenca se han unido al proyecto 'Comer con placer' para personas con disfagia. De este modo, cuando un grupo de amigos o familiares acude a uno de sus restaurantes, se realizan dos elaboraciones de cada plato: una para comensales con disfagia y otra para comensales sin disfagia.

Tal como podemos ver el video que ilustra esa noticia, se trata de la misma elabaoración pero para las personas con disfaia o dificultad para tragar, se reconstruye de algún modo esa elboración para que no pierda su sabor. Un trabajo que Alfonso Fernández, chef del proyecto Comer con Placer-Cocedero de Mariscos, Tarancón, asume con emoción.

Por ejemplo, ¿cómo sería o se haría un puré de fabes con boletus? Tal cuenta Fernández, y podemos ver además en el video que ilustra la noticia, los boletus van por un lado, las fabes por otro y las piparras por otro. Esto es, se trituran todos los alimentos por separado y el sabor es por tanto, muy diferente a cuando se tritura todo junto.

Así y tal como confiesa José Miguel Hernández, una persona con disfagia y párkinson, "cualquier iniciativa que nos ayude a salir de casa será todo un logro, porque quedarse en casa es una condena". Hoy, ya más de 20 chefs de la provincia de Cuenca ya adaptan sus platos para devolver la alegría y la comida a personas que tienen esta dificultad.