La bicicleta estática, elíptica o la cinta de correr son tres de los aparatos más utilizados para practicar ejercicio de tipo aeróbico (comúnmente llamado 'cardio'), aquel que produce un aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria. Pero, en el caso de que queramos, bien en casa o en un gimnasio público o privado, usar estas máquinas, ¿cuál sería mejor según necesidades y objetivos?

Laura Carreño, entrenadora personal especializada en entrenamiento y mujer en el centro de alimentación, deporte y psicología Alimentacion 3S y fundadora de Balanc3 Studio (Madrid) explica a laSexta.com los pros y los contras, los beneficios e inconvenientes de cada una de estas máquinas de ejercicio.

Recordemos antes que según las recomendaciones internacionales de ejercicioy actividad física, para obtener beneficios en nuestra salud -incluido también el de adelgazar- debemos realizar dos tipos de ejercicios: ejercicio aeróbico (caminar, correr, montar en bicicleta, nadar, bailar, etc.) entre 150-300 minutos por semana a intensidad moderada o de 75-150 minutos a intensidad vigorosa; y ejercicio de fuerza, unas 2-3 sesiones a la semana.

Bicicleta estática

"Es un buen material si buscamos obtener mejoras en nuestro sistema cardiovascular y respiratorio. Permite trabajar a diferentes ritmos e intensidades y el punto a destacar sería la ausencia de impacto (en el suelo)", explica Carreño.

Independientemente del modelo de bicicleta, "la carga y velocidad deberán ser controladas y trabajaremos sin riesgo de lesión si pedaleamos a una velocidad entre 60-90 RPM (repeticiones por minuto)", añade la experta.

Y a partir de ahí, a partir de esa velocidad, ajustaremos la carga para un mayor o menor trabajo (dependiendo del objetivo); algo que es fácil de controlar porque la mayoría de las bicicletas cuentan con una pantalla que proporciona toda la información. Pero, pese a todo, lo más importante será siempre escuchar nuestro cuerpo: "Si notamos molestias, aunque sigamos las pautas marcadas para prevenir lesiones, debemos actuar a tiempo", asegura.

Son dos los modelos de bicicleta estática que solemos ver más a menudo en el gimnasio o en las tiendas: reclinada y vertical. Sus ventajas e inconvenientes, según explica Carreño son las siguientes:

  • Bicicleta reclinada

Es una bicicleta que queda más cerca del suelo y cuenta con apoyo para la espalda y asiento más amplio y cómodo que las bicicletas tradicionales. Los pedales quedan al frente del usuario, por lo que es una posición que permitirá reducir la tensión en la parte superior del cuerpo y fatigar menos la musculatura.

La ventaja principal es su adaptación a cualquier usuario (su uso más común es para principiantes y/o perfiles con lesiones o molestias crónicas independientemente de la edad). Si la usamos de forma correcta, no hay riesgo de lesión. Y es ideal para personas que sufran molestias en la espalda o cuello porque permite mantener la espalda alineada y sin tensión. Por otro lado, sus inconvenientes aparecen si no colocamos de la forma correcta.

  • Bicicleta vertical

A diferencia de la bicicleta reclinada, esta se encuentra más alejada del suelo. La espalda queda libre de apoyo y demanda más tensión muscular, el asiento es más pequeño y menos cómodo, y los pedales quedan debajo del usuario. Sus inconvenientes aparecen si no la ajustamos de forma correcta a nuestro cuerpo.

La mayoría de bicicletas ya cuentan con 3 puntos móviles a modificar que son en primer lugar, el ajuste vertical del sillín. Para ello, colócate al lado de la bicicleta, comprueba que el sillín quede a la altura de tu cadera. Súbete, si estás bien colocado la pierna podrá extenderse en su punto más bajo sin problema. En segundo lugar, el ajuste horizontal del sillín. En este caso, montado sobre la bicicleta, al llevar una de las rodillas al punto más alto que permita el pedal, la rodilla debe de caer sobre el inicio de los dedos de los pies, sin sobrepasar la punta. Y por último, el ajuste manillar que debe estar un poco por encima de la altura del sillín.

Bicicleta elíptica

Este tipo de bicicleta, ocurre igual que con la estática: "Nos permite obtener beneficios en nuestro sistema cardiovascular y respiratorio, mejorando nuestra capacidad y resistencia", afirma Carrerño. Y es aún más fácil de llevar: no es necesario regularla para su uso y se adapta a cualquier usuario".

Además, añade "se podría clasificar dentro de las actividades cruzadas combinando movimientos tanto del miembro superior como inferior, por lo que implica diferentes cadenas musculares y exige una demanda y tono postural mientras lo practicamos".

En este casos, por tanto, cualquiera de las dos bicicletas serían beneficiosas, tanto la estática como la elíptica pero ésta última es más fácil de usar. Recordemos que, tal como hemos explicado, las mejorar y los beneficios existen siempre que se usen bien y nos coloquemos posturalmente de forma correcta.

Cinta de correr

Ésta última opción es sin duda una de las tendencias más comunes en el gimnasio. "Sus beneficios son similares al resto de máquinas aeróbicas pero, a diferencia de las anteriores, caminar o correr en la cinta conlleva un impacto, demanda un control sobre la técnica de carrera y también, a nivel postural", indica Carreño.

También, podremos regular su velocidad y/o pendiente. Por lo que, "si nunca has corrido pero quieres aumentar la intensidad de trabajo sin generar mucho impacto, podrás reducir la velocidad y aumentar la pendiente para generar un mayor estímulo al cuerpo", aconseja la experta.

No obstante, debemos decir que "la mayoría de usuarios que utilizan la cinta de correr buscan alternativas a la carrera al aire libre, que por comodidad o cambios ambientales le impiden llevarlo a cabo en la calle".

Así y para finalizar, podríamos considerar que la cinta de correr no es una máquina apta para todos los públicos. Si cuentas con alguna lesión en el miembro inferior o no tienes experiencia en carrera te recomendamos optar por bicicleta estática o elíptica", concluye esta profesional.