Hacer ejercicio físico de forma regular es una de las claves más importantes, junto con llevar llevar una dieta saludable y tener un buen descanso, para nuestra salud y por tanto, para evitar el riesgo de enfermedades. Sin embargo, qué duda cabe que cuando el frío aprieta puede costarnos más salir a la calle y hacer ejercicio.

Además, las bajas temperaturas pueden generar molestias en huesos y articulaciones, por lo que es importante saber qué actividades son más recomendables en este tiempo y qué hacer para evitar las lesiones.

Tal como explica a laSexta.com Ruth Gómez, triatleta profesional, entrenadora y licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y colaboradora de Marnys, "es fundamental un buen calentamiento inicial para no empezar a movernos desde cero, ya que nuestro cuerpo y articulaciones deben estar preparados".

Así recomienda la experta que podemos "empezar movilizando todas las articulaciones, iniciando por los tobillos hasta llegar al cuello, pasando por las rodillas, la cadera, la cintura, los hombros, los codos y los brazos".

Otro de los consejos claves es elegir el deporte o actividad que queremos realizar: "Lo ideal es elegir, si es posible, deportes y ejercicios que por sus características hagan entrar en calor más fácilmente. Por ejemplo, correr". O también actividades o deportes que por el entorno en el que se desarrollen estemos protegidos. Por ejemplo, nadar o realizar deportes de equipo en un pabellón o en un pista cubierta.

Por último, un consejo fundamental es prestar atención a que los pies vayan bien protegidos, al igual que las manos y la cabeza, "ya que son zonas más sensibles y por las que se puede perder mucho calor",sostiene la experta. Para esto, podemos usar unos buenos guantes, calcetines y sobre todo, calzado apropiado.

Cómo comenzar a hacer ejercicio cuando frío

Es cierto que mantenerse activos con mucho frío quizás puede darnos pereza, al igual que cuando hace mucho calor que no es bueno ni recomendable hacer ejercicio al aire libre porque nos puede dar un golpe de calor y debemos buscar también lugares adecuados y acondicionados, o bien realizarlos al aire libre en las primeras horas de la mañana o de la tarde, cuando las temperaturas lo permitan.

En el caso del frío, "es cuestión de romper esa barrera y ponerse en movimiento, ya que pronto nuestro cuerpo entrará en calor. Por ello es fundamental llevar ropa adecuada al deporte y entorno que vayamos a practicar", sostiene Gómez.

Para una persona no deportista y que quiere comenzar a practicar actividad física, "lo más importante es la progresión y constancia", aconseja la experta. Por lo que recomienda iniciar un ejercicio como caminar y poco a poco ir aumentando el ritmo y la distancia de la caminata". Caminar es uno de los ejercicios más efectivos, siempre y cuando lo hagamos bien, es decir, a una velocidad e intensidad adecuada, siempre en base a las características de cada persona.

Después -continúa la experta- es importante "incorporar de manera progresiva pequeños intervalos de carrera muy suave. Y poco a poco, ir ganando minutos a la proporción de carrera sobre el caminar. Es muy importante no tener prisa y respetar la progresión que tengamos cada uno/a".

"Lo fundamental es iniciar o retomar poco a poco la actividad física, incluyendo en la rutina ejercicios de fuerza y tonificación al menos 30 minutos diarios, sin olvidar los ejercicios de movilidad que benefician directamente las articulaciones, como caminar a paso ligero, trotar, bailar o hacer yoga", explica Gómez.

Según las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante mantenernos activos y para que notemos los resultados de nuestro ejercicio en la salud debemos incluir ese ejercicio como un hábito, es decir, tal como hemos comenzado este artículo, hacer ejercicio de forma regular.

De este modo, el tiempo que marca la organización internacionales es el de practicar entre 150 y 300 minutos semanales de actividades aeróbicas (correr, nadar, bailar...) de forma moderada o bien entre 75 y 150 minutos a una intensidad vigorosa, además de entre 2-3 sesiones por semana de ejercicio de fuerza para mantener el músculo.