Existen platos o alimentos que poco a poco van ganando popularidad en nuestra gastronomía. Es el caso de la polenta, un alimento de origen italiano, hecho fundamentalmente a base de sémola de maíz, que cada vez vemos más en platos y supermercados. Por ejemplo, la hamburguesa de polenta que vemos en la imagen.
¿Pero qué es exactamente la polenta? Según explica a laSexta.com la dietista-nutricionista Andrea Calderón, coordinadora de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA)y profesora de la carrera de nutrición de la Universidad Europea de Madrid, la polenta es un plato típico de Italia especialmente originario del norte del país, que durante miles de años fue la base de la alimentación de la clase más baja y de los campesinos.
"Actualmente, la polenta es una comida que ha ganado popularidad en los últimos años y se ha difundido de Italia a Latinoamérica: especialmente a países como Argentina, Brasil, Chile, Perú o Uruguay y también a algunos países europeos como Francia, Suiza o Rumania", explica la experta.
La palabra polenta -continúa explicando- viene del latín 'pollen' que significa harina fina o casi en polvo. Así, cuando hablamos de polenta, nos solemos referir a la polenta de maíz, aunque también puede ser de otros cereales.
Pero técnicamente, aclara, "la polenta es un plato a base de sémola de maíz, o lo que es lo mismo, harina fina o molida de maíz hervida". Por lo que de forma coloquial podemos decir que la polenta es algo así como una "harina de maíz".
En la actualidad, este alimento se está empezando a conocer un poco más en España y "muchos supermercados la tienen disponible tanto en forma de polenta de maíz como tal, como en forma de polenta instantánea lista para prepararla en cremas o con textura cremosa", mantiene. Veamos ahora cuáles son sus usos y qué aporta a nivel nutricional este alimento, cada vez más popular, en nuestra dieta.
La polenta, un carbohidrato de absorción lenta
A nivel nutricional, podemos clasificar la polenta dentro de los carbohidratos o hidratos de carbono, en concreto dentro de los llamados carbohidratos complejos o de absorción lenta (los polisacáridos); pasta, arroz, pan...
Por su parte, los llamados carbohidratos simples o de absorción rápida serían los llamados monosacáridos y serían todos los tipo que conocemos como "azúcar": azúcar blanca, azúcar morena, jugo de fruta concentrado, jarabes etc.
Tal como explica Calderón, la polenta es sémola de maíz y su principal componente es el almidón, es decir, un carbohidrato complejo o de absorción lenta. "El almidón es una de las principales fuentes energéticas de la dieta, por lo que podemos decir que la polenta es fundamentalmente un alimento energético, que además aporta algunas vitaminas, fundamentalmente las vitaminas del grupo B, y algunos minerales como el magnesio, el zinc o el selenio", enumera.
La polenta es sémola de maíz y su principal componente es el almidón, es decir, un carbohidrato complejo o de absorción lenta, por lo que la polenta es fundamentalmente un alimento energético
"Nutricionalmente, la polenta es baja en grasa (no tiene proteína) por lo que una buena opción para incluirla en nuestras comidas es acompañarla con una ración proteica (vegetal o animal) junto con una fuente de verduras y hortalizas tanto crudas como cocinadas que pueden incluirse en la misma receta, o tomarse como guarnición", aconseja Calderón. Como cualquier cereal, es importante escogerlo en su versión integral: contienen más fibra y son mucho más saludables, tal como explicamos en este artículo. En este caso sería polenta de maíz integral.
Al ser la polenta un carbohidrato, es importante que, de forma habitual, la ración que tomemos sea la misma que la de cualquier otro carbohidrato. Es decir, recordamos que para seguir una dieta sana, es importante seguir -de manera regular- las indicaciones del plato de Harvard.
Esto es, según el plato de Harvard, el 50% de nuestro plato tiene que estar representado por las verduras y hortalizas, un 25% por las proteínas (sean de origen animal o vegetal) y el 25% restante por los carbohidratos: pasta, arroz... o polenta.
"Su consumo, por tanto, puede ser habitual, ocupando el lugar de los alimentos fuente de carbohidrato como cualquier otro cereal integral, legumbre, o tubérculos; escogiendo uno de ellos y alternando en las distintas comidas", afirma Calderón.
Los usos de la polenta -explica esta nutricionista- pueden ser muy variados, pero la formas más común para incorporar esta "harina de maíz" a las recetas es en forma de crema de polenta: "cocinando la sémola de maíz con algún medio líquido como agua, caldo o leche obtenemos una polenta cremosa, similar a la crema de patata con sabor a maíz, a la que pueden añadirse diversos ingredientes".
También, se puede obtener polenta sólida y utilizarla para cocinar a la plancha o incluso freírla: "De hecho, es muy común combinarla con quesos que aportan sabor y cremosidad; a la napolitana, o con verduritas y jamón", concluye Calderón.
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