Muchas personas lo primero que hacen nada más levantarse es tomarse un café para desayunar y así llevar el día con más energía. Pero lo perjudicial no es tomarse ese café, si no, no tener tiempo para comer nada antes y hacerlo sin nada de comida en el estómago.

Si no has comido nada aún, el café podría llegar a dañar el revestimiento del estómago causando así acidez estomacal o indigestión, ya que éste acelera la producción de ácido. Por otro lado, los niveles de azúcar en sangre corren el riesgo de aumentar, algo que no ocurre con las personas que han tomado algo antes para desayunar.

Aunque la toma del café con el estómago vacío no está directamente relacionada con la dispepsia o la indigestión, hay estudios que afirman que el café promueve el reflujo gastroesofágico, pudiendo aumentar la secreción de cortisol.

De todas formas, como los estudios aún son bastante limitados, lo mejor es comprobar cómo funciona nuestro cuerpo con el consumo de café. Porque como bien indica la nutricionista Alissa Rumsey, “la respuesta varía de una persona a otra. Algunas son especialmente sensibles a la cafeína, y más aún con el estómago vacío”.

Algunos de los muchos beneficios del café

- Ayuda a prevenir enfermedades en el hígado

- Es bueno para el corazón

-Disminuye el riesgo de padecer alzheimer y parkinson

- Protege contra la diabetes tipo 2

- Ayuda a adelgazar

-Tiene propiedades antiestrés y es bueno para la memoria

Además, según la Organización Mundial de la Salud beber tres o más cafés al día reduciría la mortalidad prematura en un 18% en hombres y 8% en mujeres.