¿Por qué pensamos que el jamón york es sano? Realmente se trata de otro de los muchos mitos que todavía existen en alimentación. El jamón cocido -que es como realmente se llama esta carne- se considera un embutido y por tanto su consumo ha de ser esporádico y no de forma diaria o semanal, como sí son otros alimentos.
Esto es, "según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el jamón cocido entra dentro de los embutidos y carnes procesadas, y por ende, la recomendación de consumo es a evitar, es decir, cuanto menos mejor", afirma a laSexta.com María Merino (@comiendoconmaria_oficial), dietista-nutricionista y autora de 'Desayuno con Garbanzos'.
Por tanto y por decir un número, aclara la experta, "su consumo debería reducirse a 1-2 veces por semana, contando todos los embutidos y carnes procesadas, es decir, podemos consumir de 1-2 veces a la semana embutidos (entre los que se encuentra el jamón cocido) y carnes procesadas".
Pero como ya hemos dicho, el jamón york ni siquiera existe porque el término no aparece como tal en ninguna legislación. Lo que llamamos jamón york se llama realmente jamón cocido, tal como contó la farmacéutica Marian García, más conocida como Boticaria García, en su famoso libro de 2019, 'El jamón de York no existe'. En este video, de Zapeando, lo explica la propia protagonista.
Pero ni existe ni es saludable como pensamos -recordemos que es una carne procesada- y por tanto, tampoco es bueno para la tripa cuando estamos malos ni adelgaza per sé. Se trata de un alimento prescindible, de un embutido, que por tanto, debemos, según las indicaciones nutricionales, comer de forma ocasional y porque nos gusta, no porque sea sano.
Porque es importante tener en cuenta que "para llevar una alimentación sana y equilibrada, es fundamental que haya lo que se llama flexibilidad dietética, es decir, poder tomar de vez en cuando esos alimentos que no son saludables porque nos gustan y no porque sea sano", afirma Merino.
Y es que, insiste la experta, "la flexibilidad es clave en una dieta y en un estilo de vida saludable: podemos comer de todo siempre que los alimentos insanos los tomemos de forma esporádica". En una dieta saludable no existen las prohibiciones, porque son además, o serían contraproducentes.
Cómo elegir el 'jamón york' más sano
Este es otro melón que debemos abrir: no todos los paquetes de jamón cocido que se venden en charcuterías y supermercados son iguales. Esto es, si queremos comprar jamón york o jamón cocido que sea realmente eso.
"Si lo consumes es mejor que sea de calidad, porque el problema que tiene este alimento es que los que son de baja calidad tienen un porcentaje muy bajo de carne de cerdo que debería ser realmente, el único ingrediente porque el jamón cocido es carne de cerdo", explica Merino.
Así, explica la experta, "los paquetes de jamón york de baja calidad tienen muy poca cantidad de carne de cerdo (menos del 60%) y el resto de ingredientes son almidones, féculas de patata, aditivos, colorantes, conservantes… Mientras que el jamón cocido de calidad debe tener más del 90% de carne de cerdo". Y si es bajo en sal, mejor.
Por tanto, esa sería única y principal clave para elegir un jamón cocido de calidad: "Fijarnos en la etiqueta del producto y ver que tenga más del 90% de carne, cuanta más, mejor, porque así tendrá menos de los demás ingredientes que hemos citado antes: almidones, fécula de patata, aditivos, colorantes, etc.
Igualmente, desde la OCU explican cuanta más cantidad de carne, mejor. Según detalla esta entidad, el jamón cocido se elabora con piezas de carne de cerdoque se extraen de la pata trasera y son sometidas a una cocción y adición de salmuera.
Y como en muchos otros embutidos, hay distintas categorías de jamón cocido, siendo el de mayor calidad el de categoría extra, "donde el contenido de carne es mayor y no se permite la adición de almidón", señalan. Así y legalmente -añaden- que en un jamón cocido extra el contenido de carne es de entre el 82% y el 98%.
Así, si nos gusta el jamón cocido, mejor tomarlo de calidad: el primer paso es mirar la etiqueta del producto, algo que según Merino es fundamental para saber de verdad los productos que compramos, y en segundo lugar que tenga un buen porcentaje de carne, al menos mayor del 82%, pero cuanto más, mejor.
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"Realmente, en la actualidad suele venir anotado en el paquete de jamón cocido, con letras grandes, para señalar que realmente ese jamón es de calidad, y si no, siempre es mejor mirar la etiqueta del producto", concluye la experta.