Hubo un día en el que de repente España y el mundo entero se volvió loco tratando de descubrir quiénes eran esos hombres que no amaban a las mujeres.

Dieciocho años hace ya del boom del nordic noir, la novela negra nórdica, gracias a las aventuras de un periodista, Mikael Blomkvist, de una hacker, Lisbeth Salander, y del padre de ambos, el escritor Stieg Larsson, que con la trilogía Millennium se convirtió en uno de los escritores más vendidos del momento. Más de 70 millones de ejemplares vendió la trilogía original y hasta la fecha más de 105 millones de lectores atesora toda la saga.

La saga Millennium arrastra un fenómeno de más de 105 millones de lectores

Luego conocimos su historia personal, cómo su enfrentamiento a ciertos poderosos le había puesto en peligro y cómo el éxito le llegó tras su muerte para felicidad de su familia, con la que no se hablaba, que se volvió multimillonaria a su costa.

La primera escrita por una mujer

Ellos encargaron a otros escritores la continuidad de la saga de la que nos llega ahora Las garras del águila, la séptima entrega, la primera escrita por una mujer, Karin Smirnoff. Esta última parte de la saga sale a la venta en más de 35 países. Smirnoff, nacida en 1965, fue seleccionada por los herederos de Larsson para materializar este séptimo capítulo de la serie tras los tres escritos por David Lagercrantz que siguieron a la trilogía que Larsson inició.

Tras la muerte de Stieg Larsson, David Lagercrantz fue el encargado de continuar la saga

Fue en 2013 cuando se hizo público que Lagercrantz, escritor y periodista sueco, había aceptado el reto de continuar la saga Millennium que creó su fallecido compatriota quien escribió una trilogía negra y de crítica social que nunca llegó a ver publicada porque murió a los 50 años de un infarto en 2004. Lagercrantz escribió otras tres novelas de esta saga, la última de las cuales salió en español en septiembre de 2019.

Pero centrándonos de nuevo en Las garras del águila, una vez más, nuestros protagonistas se enfrentarán a grandes multinacionales con maneras de mafia, a las redes de corrupción que explotan a las mujeres y el medio ambiente en medio del creciente ascenso de la extrema derecha en toda Europa.