Olvidada en una caja, esta historia solo necesitaba ser encontrada. Se cruzó en su camino la escritora y directora de documentales Susana Koska en la localidad vasca de Laguardia, en un local de la Sociedad de Amigos de ese mismo lugar. Allí guardaban un archivo de la Guerra Civil española, del que le dieron las llaves para que "salseara" y que le hizo sentir "como en una novela de Los cinco".

"Encontré una caja en la que ponía "escuela" y pensé que estarían los documentos de una maestra republicana, pero no, era una maestra falangista", recuerda Koska. Esa maestra y monja falangista se llamaba María de Lera y fue miembro de la Sección Femenina. Atraída por la historia, Koska decidió novelar su vida, hasta que esta "novelita", como ella dice, "acabó siendo una biografía".

Dos Españas, una familia

Como la propia España dividida en dos, Las consecuencias también se partió por la mitad cuando Koska descubrió que María de Lera fue tía de Ángel María de Lera, un escritor de éxito durante el franquismo sobre cuya vida apenas se ha escrito. Así que a esa primera parte novelada le siguió otra puramente biográfica.

Cambió la religión por la lucha anarquista y en Madrid acabó preso y condenado a muerte

"Cuando encuentras al Premio Planeta y empiezas a ver que ha escrito treinta novelas y empiezas a ver que escribió sobre los maestros rurales, sobre los emigrantes y sobre todas las gentes que estaban en precario", explica Koska. Un éxito al que a punto estuvo de no llegar.

Ángel María de Lera iba para cura, estudio en el seminario, que abandonó cuando tuvo una crisis de fe. "Yo creo que de siempre él guardaba un humanista dentro, pero cuando llega la edad de pensar se da cuenta de que no es el camino", asegura la autora. Cambió la religión por la lucha anarquista y en Madrid, a los 27 años, acabó preso y condenado a muerte, pena que se le conmutó por otra de la que cumplió unos años.

"Fue la primera novela escrita desde el punto de vista de los perdedores de la guerra"

Fue al salir de la cárcel, la primera vez, estuvo más, cuando escribió Los olvidados, una primera novela en la que ya dejó plasmado lo que le obsesionaría toda su vida: la vida de los perdedores. Esta historia cuenta la vida de los migrantes que poblaron los barrios pobres del Madrid de la postguerra viviendo de lo que encontraban en la basura y construyendo sus chabolas por la noche.

Ni siquiera el Premio Planeta que ganó en 1967 con Las últimas banderas, "la primera novela desde el punto de vista de los perdedores de la guerra". No busca Susana Koska responder a la pregunta de por qué se ha olvidado a este escritor, su libro es "una historia de amor que existió entre tantas familias infelices", pero quizá sí sirva para que el nombre de Ángel María de Lera no vuelva a olvidarse nunca.