Cuando visitamos un museo puede que nos encontremos con obras que no entendamos. O, sencillamente, simplificamos los mensajes por una falta de contexto.

Por ejemplo, el cuadro 'La tertulia' de Ángeles Santos, que podemos encontrar en el Museo Reina Sofía, es más que un cuadro de cuatro mujeres. "Representa lo que suponía ser una mujer en la década de los 20 y los 30", nos cuenta la historiadora del arte Eugenia Tenenbaum.

Que una de ellas esté leyendo y otra fumando ya tiene toda una historia detrás. "Habla de lo importante que es la socialización femenina sin un hombre que intervenga en el espacio".

Para entender el arte no hace falta ser un experto. Es lo que defiende Tenenbaum en su libro 'La mirada inquieta', donde nos ayuda a acercarnos al arte para comprenderlo y disfrutarlo.

Nos propone que nos tomemos como un juego descifrar el siguiente cuadro cubista de María Blanchard.

"¿Qué veo aquí? ¿Puede ser la cara de alguien?", se pregunta señalando la zona superior. "¿Y este objeto amarillo? Parece un abanico". Y entonces, dando un paso atrás, lo tenemos, lo vemos: es una mujer con abanico.

Pero una mirada inquieta también es la que ve mas allá de lo que nos han contado. "Muchísimas personas vienen al Museo Reino Sofía para encontrarse a 'La muchacha en la ventana de Dalí' y no se dan cuenta de que tienen esta obra justo al lado", nos cuenta Tenenbaum, apuntado a una obra realmente impactante por sus dimensiones, muy superiores a las del cuadro de Dalí.

Así imaginó un día el mundo Ángela Santos, creando uno de los cuadros más importantes de la vanguardia española. Sin embargo, "nos enseñan a venir a ver a Picasso, Dalí y a Juan Gris".

Solo tenernos que volver a mirar y cuestionar lo que sabemos para encontrar algo nuevo y apreciar el arte con nuestros propios ojos.