Lisbeth Salander es un personaje que se gestó a partir de otra protagonista de la ficción sueca: su versión de una Pippi Calzaslargas "madura" que ha sobrevivido a los abusos de una infancia que acabó desembocando en su particular carácter. Esta fue la manera de enmendar el remordimiento del autor, que fue testigo en su adolescencia de una violación, y no hizo nada por evitarlo.

Lisbeth, junto con el periodista Mikel Bloomkvist, forman el tándem perfecto que atrapó a más de 100 millones de lectores en todo el mundo. Una historia que se vio interrumpida en 2004, cuando su autor falleció repentinamente. Pero un filón tan jugoso, no podía quedar sin final. Larsson había escrito 200 páginas de un nuevo libro, ya que en total pensaba publicar 10 volúmenes. Sin embargo, ese material ni siquiera se ha llegado a usar.

Escribir sin conexión a Internet para evitar robos

David Lagercrantz tomó el relevo para continuar la saga 'Millenium'. Lo hizo escogido por el padre y el hermano de Larsson, ambos poseedores de los derechos de las novelas. La mujer del escritor no ha llegado a recibir un céntimo, ya que nunca llegaron a casarse, y aunque ella misma ayudó a su pareja a escribir las novelas, no ha podido ser la que las continúe.

Con 'La chica que vivió dos veces' (Destino, 2019), el sexto y último volumen de la saga, Lagercrantz finaliza el legado que le fue encargado: tres nuevas novelas.

Su implicación con la saga ha sido tal que las escribió en un ordenador sin conexión a Internet para evitar robos, porque claro, cuando uno escribe sobre Lisbeth Salander, acaba asumiendo que toda precaución es poca.