Es una de las mayores historias de supervivencia del siglo XX. En 1914 una tripulación formada por 28 hombres de diversas profesiones -marineros, biólogos, médicos, geólogos, fotógrafos...- partieron hacia la Antártida, con el fin de atravesar por primera vez en la historia el continente entero, de mar a mar.

Ernest Shackleton, explorador irlandés con varias expediciones polares en su currículum, se encargó de liderar la misión. Ese hecho les salvó la vida a todos.

El naufragio

Durante la travesía, el barco quedó atrapado en las gigantescas placas de hielo. Logró resistir la presión durante nueve meses, pero finalmente, la madera quebró y el pecio terminó en el fondo del mar dejando a los 28 sin hogar en el lugar más inhóspito y deshabitado de la Tierra.

"Fue una epopeya por etapas y cada cual fue más penosa"

Los meses se convirtieron en casi dos años de supervivencia "en una isla donde tenían que sobrevivir con pingüinos, en unas condiciones infrahumanas. Fue verdaderamente una epopeya por etapas y cada cual fue más penosa". Así lo describe Luis Bustos, quien ha dibujado cada una de estas pruebas de superación en las páginas de su cómic 'Endurance'.

Ni el frío extremo, ni el hambre, ni el abandono por parte de la Corona británica -el estallido de la Primera Guerra Mundial imposibilitó que tratasen de rescatarlos- lograron doblegar la moral de esos hombres. Sorprendentemente todos sobrevivieron, alcanzando tierra firme y seca en 1916 gracias a la inquebrantable determinación de Shackleton.

Los aprendizajes

Para entender aún mejor las dimensiones de esta gesta conviene saber que a principios del siglo pasado las prioridades eran muy diferentes. "Las expediciones, básicamente, tenían que lograr su objetivo. Si llegabas al objetivo, lo conseguías, pero no volvías con vida, obtenías el honor y la gloria de la Corona británica, que era lo que más valía. A partir de lo que hizo Ernest Shackleton ese paradigma comenzó a cambiar", explica Bustos.

De personalidad fuerte y convicciones férreas, el irlandés priorizó la vida de su tripulación, con quienes sentía que había adquirido un compromiso al embarcarse en el Endurance. "Por lo que pasará a la historia esta aventura es por anteponer la seguridad de tus trabajadores a cualquier tipo de objetivo. Esta es una de las lecciones del Endurance que luego se han ido estudiando. Al igual que cómo liderar un grupo o cómo gestionar los recursos".

"La aventura pasará a la historia porque Shackleton antepuso la seguridad de sus trabajadores a cualquier otro objetivo"

Los cambios sociales se han ido produciendo, pero el Endurance no ha perdido su halo de misterio. "Es esa aventura, y ese desafío entre el hombre y la naturaleza siempre nos va a atraer. Sobre todo ahora que ya nos queda poco por descubrir del planeta", añade el autor de la novela gráfica.

Para añadir más magnetismo a la historia, esta primavera se obtuvieron las primeras imágenes subacuáticas del pecio. El barco se encuentra en perfecto estado de conservación, en parte favorecido por las gélidas temperaturas de esas aguas.

Ilustrar la historia

Historietista e ilustrador, para Luis Bustos este cómic ha sido su primera incursión en la novela gráfica.

Durante casi un año estuvo investigando la historia y desarrollando las ilustraciones que trasladasen al lector a esos acontecimientos en esos parajes helados: "Meterte en una novela gráfica es meterte en una aventura en la que, como Shackleton, no sabes a dónde vas a llegar o si vas a naufragar a mitad del libro".

En su caso no hubo nada que lamentar, sino todo lo contrario, se produjo todo un descubrimiento: "Cuando publiqué la novela me di cuenta de que en el mundo del cómic hay un público que busca el relato de aventuras, quizá porque durante un tiempo no ha habido tanto de este género".

"Como en la aventura de Shackleton, en la novela gráfica no sabes si vas a naufragar a mitad del libro"

Esa percepción parte de quienes ya son habituales en este tipo de lecturas. Para quienes todavía no se han adentrado en esos territorios narrativos, Luis Bustos también tiene un consejo: "Leed novelas gráficas. Hay grandes historias, historias para todo tipo de personas, todo tipo de tonos, donde descubrir relatos y mundos maravillosos".

Una forma de ser explorador desde el sofá o desde cualquier punto de la Tierra.