Esto no es un diario. Tampoco es un libro. Es una invitación dirigida a nuestro lado más bestia, aquel que reprimimos cada vez que perdemos el autobús o nos quedamos sin leche para el café de la mañana.

'Destroza este diario' (Ediciones Paidós, 2017) solo tiene este propósito. Cada página nos descubre una manera diferente de destruirlo, así que hemos decidido sacarlo a la calle para que la gente se anime a romper, rasgar, pintar, arrugar, arrancar y mojar el diario. Aunque al principio recibíamos alguna mirada de extrañeza, una vez el libro cambiaba de manos, se pasaba a la risa.

Poco a poco vemos cómo se materializa esta destrucción, y a medida que el libro se va desintegrando, nos sentimos más y más satisfechos. ¿Quién nos iba a decir que para destruir también hay que ser creativos?