Hello Kitty, Pikachu o Baby Yoda son personajes que tienen algo en común, y es que, para la mayoría, son cuquis. Pero, ¿qué es lo que les convierte en cuquis? Es la pregunta que el filósofo británico Simon May responde en su libro El poder de lo cuqui.

Japón, el epicentro del fenómeno cuqui

El epicentro de este fenómeno está en Japón. Surgió en el país como una necesidad de presentarse al mundo como una nación no violenta después de la Segunda Guerra Mundial.

El país nipón ha llegado incluso a utilizar dibujos en helicópteros militares para acercar las Fuerzas Armadas a los ciudadanos.

Los dos lados de lo cuqui

Además de lo rosa, lo empalagoso y lo achuchable, lo cuqui también tiene un lado misterioso.

El autor asegura que se trata de un fenómeno subjetivo e incluye dentro de esta definición a algunos líderes políticos que pocos consideran cuquis, como el dictador norcoreano Kim Jong Il o el expresidente de Estados Unidos Donald Trump.

Sin embargo, Simon May excluye de la lista a otras celebridades como Charles Chaplin o la cantante Lady Gaga. Porque cuqui es quien puede, no quien quiere.