Vivimos en una sociedad con un ritmo vertiginoso. Tenemos una autoexigencia máxima. Nos han repetido muchas veces que si queremos algo, podemos conseguirlo, y nos creemos más libres que nunca. Pero, ¿y si realmente no lo fuéramos? "Vivimos en una sociedad aparentemente libre marcada por el lema 'Sí se puede'. Primero crea una sensación de libertad, pero después genera el 'tú deberías de'", asegura el filósofo Byung-Chul Han en el documental 'La sociedad del cansancio', basado en su libro publicado en 2010 bajo el mismo nombre.

Según Han, vivimos en una sociedad del rendimiento. Nos autoexplotamos, llevamos nuestro cuerpo al límite para llegar a todas las metas que nos proponemos, y creemos así sentirnos realizados.

Una falsa libertad

En su libro asegura que nos hemos vuelto esclavos de nosotros mismos y que todos llevamos nuestro propio campo de trabajos forzados. "Nos creemos libres, pero nos están explotando intencionadamente hasta el colapso", afirma el filósofo.

"Nos creemos libres, pero nos están explotando intencionadamente hasta el colapso"

Este ritmo de vida tiene consecuencias. Vivimos con la angustia de no poder hacer todo lo que querríamos y no concebimos la idea de fallar, de no llegar. Lo que acaba generando, dice, una sociedad de depresivos y fracasados. Un mundo en el que las personas acuden a fármacos o bebidas estimulantes para mantenerse activos, pero que acaban agotados, extenuados y desarrollando enfermedades como el síndrome del trabajador quemado