Cuánto amor hay en esta historia. El de una niña por aquellos libros de aventuras que le enseñó su abuelo hasta que ella misma encontró su voz.

Madrid es Almudena

Pero también el amor del poeta y la escritora y sus encuentros furtivos en un piso de Cascorro, la plaza madrileña más castiza que el Oso y el madroño. El amor de los miles de lectores a los que se les rompió el corazón el día que su Almudena se fue . Y el amor por una ciudad que nació en mitad de un peñasco, que por casualidad fue la capital del reino y que hoy llamamos Madrid.

La escritora Aroa Moreno y la ilustradora Ana Jarén trabajaron durante un año en este proyecto

El Madrid de La Vía Láctea, de la Malasaña canalla que ya no es y que vio crecer a Almudena Grandes, ese Madrid que fue de Almudena y que, sin ella, hubiera sido un poquito menos Madrid.

Hoy, dos mujeres devuelven a la vida a la escritora con una biografía ilustrada que publica Lumen. Ellas son Aroa Moreno Durán, responsable de los textos, y Ana Jarén, ilustradora. Ambas trabajaron durante un año en este proyecto. Aroa Moreno documentándose y hablando con el entorno de Grandes, y Jarén empapándose de Almudena y visitando lugares que fueron importantes para ella.

Disfrutar de la vida

La biógrafa destaca de la autora de La madre de Frankenstein su "inteligencia no solo para escribir, sino para disfrutar de la vida". Desde que un día alguien le comento que había ganado un accésit con un texto y ella pensó que podría hacerlo mejor. De aquel reto personal nació Las edades de Lulú, su primera novela, con la que se ganó el cariño del público y el premio Sonrisa Vertical.

Todo está en esta biografía, hasta aquel funeral al que decenas de desconocidos se acercaron libro en mano para despedirse de ella

Después vendrían Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango y aquellos Episodios de una guerra interminable, aquella serie de novelas que tantas alegrías le dieron y que escribió inspirada por su venerado Benito Pérez Galdós.

Todo está en esta biografía, hasta el último momento, aquel funeral en el cementerio civil de Madrid al que decenas de desconocidos se acercaron libro en mano para despedirse de ella y que hicieron de ese momento una suerte de abrazo colectivo.