El telefilm 'Pablo Escobar, el patrón del mal' sentó un precedente desde la televisión de su país para acabar transformándose en un fenómeno global, resucitando el interés por la historia del Doctor años después de su asesinato.

En la última década, su figura rechoncha y bigote poblado se han convertido en un icono repetido hasta la saciedad. Las redes sociales se han llenado de imitadores y parodias del colombiano, personas que repiten sus frases e imitan su acento, convirtiéndose así en el narco por un rato.

A finales de los años 90, el nombre de Escobar permanecía vivo en los muros de la Comuna 13, una de las plazas fuertes del cartel de Medellín. Hoy la capital antioqueña se intenta deshacer de su pasado reciente, buscando nuevas atracciones turísticas.

"Películas y series siguen reavivando el interés y el morbo por el narco"

Los zoos, lagos artificiales y demás excesos construidos a golpe de crimen están desmantelados, y los graffitours que atraen a miles de personas cada año ofrecen ahora una cara muy distinta de la ciudad a través de su arte urbano. El rostro del narco ha sido reemplazado por el de nuevos referentes.

Mientras el país trata de sacudirse la pátina del narcotráfico, más y más de estas películas y series reavivan el interés y el morbo por el narco. La última, 'Medellín', hizo sonar todas las alarmas entre la sociedad paisa por volver a representar la violencia del narcotráfico en el seno de su comunidad, con dicha Comuna 13 ya reconvertida, como decorado.

Cómo matar a Pablo

Cuando el periodista Mark Bowden llegó a Colombia, el cambio de siglo en el país todavía seguía marcado por el narcotráfico. Con un puñado de confidentes y amigos periodistas, su investigación se tornó en uno de los libros más exhaustivos sobre los últimos años de Escobar: Matar a Pablo.

Dos décadas después de su publicación, el periodista reconoce las fisuras de su investigación. Sin conocer una palabra de español se hizo con el contacto de antiguos compañeros del Doctor, miembros de la DEA y del Grupo de Búsqueda -el cuerpo gubernamental encargado de localizar y asesinar al capo-. Un relato tan completo que terminó por convertirse en la base para las primeras dos temporadas de la serie 'Narcos', un mérito que el propio autor señala y por el que no recibió mención alguna: "No guardo rencor, entiendo las razones".

"Es difícil hablar de algo que escribí hace tanto tiempo", explica Bowden desde su casa en Filadelfia, y añade: "Me sorprende que nadie haya mejorado este trabajo y seguir hablando sobre él". El autor saltó a la fama con Black Hawk Derribado, su crónica sobre la intervención militar de Estados Unidos en Somalia se convirtió en un éxito en taquilla de la mano del director Ridley Scott. "Siempre me ha parecido fascinante la forma en que Estados Unidos tiene de desplegar su poder en el mundo, algunas veces necesaria y muchas veces sucia", explica con relación a la operación militar que llevó al derrocamiento del líder del cartel de Medellín.

"Siempre me ha parecido fascinante la forma en que Estados Unidos tiene de desplegar su poder en el mundo"

En 1992, Estados Unidos y el Gobierno colombiano pusieron en marcha una caza que se extendió durante dos años. Los gobiernos de ambos países escogieron aliados atípicos. Los Pepes, exmiembros del cartel de Medellín junto con el cartel de Cali, se mostraron más que dispuestos a colaborar con las autoridades a cambio de que se les garantizase la destrucción del grupo rival.

Una mezcla de intereses y relatos que empaña aún más la verdadera historia de la cacería a Escobar. "Desconfío de la versión de cualquier involucrado", comenta el periodista, no sin cierta ironía, sobre algunos de los libros que sus protagonistas han escrito en los últimos años. Bowden se mantiene escéptico, en una muestra más de lo compleja que sigue siendo la historia de Pablo Escobar.

El día que le contactó la familia Escobar

El éxito de Matar a Pablo llegó incluso a oídos de la familia del capo. "Un representante se puso en contacto conmigo para que escribiese un guion o un libro para ellos. Me negué, no quiero tener ninguna vinculación alguna con los Escobar", afirma el autor.

"No quiero tener ninguna vinculación alguna con los Escobar"

En la pared de su despacho cuelgan las fotografías de los amigos y colaboradores conocidos durante sus investigaciones. Algunos de ellos granjeados en Medellín en 1997, muchos de ellos periodistas como él. Sus artículos y crónicas le permitieron ponerse sobre la pista de Escobar. "Estados Unidos no conocía la verdadera historia de Pablo, era un personaje célebre pero no sabíamos nada sobre él".

Veinte años después de su publicación, su autor se sigue sorprendiendo del éxito cosechado: "Tiene que ser un periodista o historiador colombiano quien mejore este libro", comenta entre risas: "Yo solo soy un periodista americano, ni siquiera hablo español".