Elena Mesa

Editorial: Tránsito

Año de publicación original: 2025

Si uno defiende la vida, y asumimos que la muerte es parte de ella, ¿por qué le ponemos tantas trabas a quienes quieren abandonarla? ¿Qué sentido tiene alentar a alguien a seguir viviendo una vida de puro sufrimiento? Son más las preguntas que me he planteado que las respuestas que he encontrado en Sé morir,la primera novela de Elena Mesa. Supongo que en esto consiste también la literatura.

Con su primera, Elena Mesa intenta comprender qué puede llevar a un muchacho a quitarse la vida

La escritora colombiana ni juzga ni justifica el suicidio. Pero sí intenta comprender, a través del narrador y protagonista de esta historia, qué puede llevar a un muchacho a quitarse la vida. Y a partir de ahí se suceden las reflexiones sobre la existencia, la muerte, la violencia, la herencia familiar y sobre lo que puede ocurrir cuando todos los pilares que sustentan nuestra vida se derrumban. Si es que en algún momento llegaron a construirse.

Terrores cotidianos

El libro se presenta a modo de diario que el protagonista le escribe a su hermana. En él, con una prosa delicada, en ocasiones poética y siempre cargada de nostalgia, rememora su infancia en Medellín, el tiempo que pasó en un monasterio, y expone las razones que le llevaron a suicidarse a los diecinueve años.

'Sé morir' es también la historia de dos hermanos marcados por las violencias más íntimas

La vida del chico se quebró al presenciar el cuerpo inerte de un vecino. Se había colgado con una correa, como haría él más tarde. Fue ahí, presenciando aquella "danza con la muerte", cuando descubrió su destino. "No sabía por qué Dios me estaba llamando así", escribe.

Lo que cuenta Elena Mesa es una historia de terrores cotidianos. Una historia de dos hermanos marcados por las violencias más íntimas que florecen de la violencia estructural. "Fui entendiendo que en los barrios pobres también había estratos, y que nosotros éramos así como un estrato bajo cero", cuenta él en una de las muchas frases que apuñalan el texto.

Amor entre hermanos

Las 148 páginas pesan en el ánimo. Pero hasta en el infierno puede uno agarrarse a algo. El protagonista se refugia en la relación con su hermana y en "esa mirada que lo sostenía todo". "La que hizo que tantas veces me preguntara si era verdad que yo quería despedirme tan joven", reflexiona en un momento de dudas.

Resulta curioso que el deseo de morir del narrador acabe iluminando sus momentos vividos

Esa mirada, capaz de poner a raya a la muerte, le permite a Elena Mesa dibujar algunos momentos luminosos, que, a su vez, resultan los más desgarradores. Como esta confesión: "Yo no quiero que me quiten lo único que tengo, mi libertad para vivir en el silencio más sagrado y eterno sin que me pesen los días o las madrugadas, sin querer más tiempo, porque siento que el mío, aquí, es tan solo un pequeño tránsito que tuve que vivir para volver a verte. No es posible que esta vida sea la única que hemos compartido juntos".

Con la esperanza de volver a encontrarse con su hermana en otro mundo, se apaga la idea de seguir con vida. Y con todo, resulta curioso que el deseo de morir del narrador acabe iluminando sus momentos vividos. De alguna forma, esta larga carta de despedida se convierte también en un canto al amor entre hermanos: un canto a la vida, al fin y al cabo.

Ya lo dice el joven en las primeras páginas: "Hay vida en el fondo de las heridas".

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