Aroa Moreno Durán
Editorial: Random House
Año de publicación original: 2025
Pocas semanas antes de que el dictador muriera en su cama y se acelerara el final del régimen, el franquismo todavía tuvo tiempo de firmar las últimas sentencias de muerte. De nada sirvieron las protestas internacionales, llamadas del Papa incluidas: estas muertes tenían como objetivo amedrentar a los españoles que soñaran con el cambio y vender la idea de que, incluso muerto, todavía quedaba Franco para rato.
Los del FRAP fueron fusilados en Hoyo de Manzanares, una localidad en la que se impuso la ley del silencio
Los fusilados fueron tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) —Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz—, y dos miembros de ETA político-militar —Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegui. Los del FRAP fueron fusilados en Hoyo de Manzanares, una localidad en la que se impuso la ley del silencio, como ocurrió en toda España, y el tiempo ha hecho el resto. Hoy, allí apenas queda quien recuerde el hecho. Mañana matarán a Daniel pretende ser la vacuna contra ese olvido.
Una periodista en busca de historia
Cuenta Aroa Moreno Duránque parte de su juventud ha transcurrido entre Hoyo de Manzanares y Torrelodones, dos localidades al norte de Madrid. Un entorno formado por un casino, casitas bajas, chalets y ambiente familiar rodeado de bosques y la Academia de Ingenieros del Ejército.
El cuerpo de Xosé Humberto, alias Daniel, fue trasladado a su Galicia natal. Suya es la historia que da nombre a este libro
Entre encinas y lavanda, esta periodista pasó tardes de excursión con sus amigos, ajena al hecho de que el 27 de septiembre de 1975 fueron trasladados aquí Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz para ser fusilados. Se eligió el lugar, tan lejos de todo, para evitar protestas. El cuerpo de Xosé Humberto, alias Daniel, fue trasladado a su Galicia natal días después. Suya es la historia que da nombre a este libro.
Cuando la periodista descubrió casi por casualidad esta historia ocurrida cerca de su casa, decidió comenzar a escribir. Al principio, un texto centrado más en ella y en su descubrimiento hasta que entendió que la historia era mucho más grande de lo que había imaginado y empezó a dar forma a este libro, una novela testimonio que recuerda a aquel bestseller que fue Soldados de Salamina, de Javier Cercas,que a principios de siglo (se editó en 2001) reventó las listas de ventas.
Tres fusilados en busca de autor
El Daniel del título es Xosé Humberto Durán, un joven gallego, de Vigo, de origen humilde que acabó en Madrid buscándose la vida, como José Luis Sánchez, también vigués. A Ramón García lo llamaban Pito desde niño, cuando en el orfanato convirtió su silbato, quizá su única posesión, en un apéndice más de su cuerpo.
Daniel iba para abogado, pero el primer año de carrera fue detenido tras unas protestas y aunque resultó absuelto, dejó los estudios y quedó marcado para siempre. Junto a Sánchez y Pito, acabó formando parte de los FRAP y los tres fueron acusados del atentado que le costó la vida al Guardia Civil Antonio Pose Rodríguez el 16 de agosto de 1975. El gobierno de Carlos Arias Navarro acababa de endurecer las penas por terrorismo con carácter retroactivo y su caso fue la tormenta perfecta.
Aroa Moreno escribe en un texto sabio y emocionante sin caer en la pornografía sentimental
Con un juicio celebrado de aquella manera, con más ganas de castigar que de conocer la verdad, estos tres hombres fueron declarados culpables y condenados a la pena de muerte. Sus cuerpos hoy descansan en distintas ciudades de España. Los ecos de este caso resuenan estos días, en los que el auge del fascismo, la censura y la represión son un hecho, tan cercano que estremece.
Y ahí entra el buen hacer de Aroa Moreno Durán, a quien conocimos en Ahoraqueleo.com como autora de la biografía ilustrada de Almudena Grandes. Al introducir la periodista pasajes de su propia vida, nos recuerda que aquello que pasó no ocurrió tanto tiempo atrás ni las heridas están cerradas, porque lo que no se cura bien, supura e impide la cicatriz. Y, ¿qué es una cicatriz si no una marca en la piel? Y la piel de nuestra historia está llena de marcas que algunos se empeñan en ignorar mientras otros no buscan venganza, solo que se reconozca que están ahí.
Moreno Durán, autora La hija del comunista(Premio Ojo Crítico a la Mejor Novela 2017) y La bajamar, escribe un texto sabio y emocionante sin caer en la pornografía sentimental, porque lo que se cuenta ya es lo suficientemente duro como para necesitar más lágrimas. Da gusto leer algo tan hermosamente escrito y con tanto respeto a la memoria de los protagonistas. Cuenta que ha tardado años en terminarlo y se nota, no hay aquí ni una sola palabra mal colocada.
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