James Baldwin

Traductor: Ismael Attrache

Editorial: Sexto Piso

Fecha de publicación original: 1953

"Mi cara se parece a una que ya has visto muchas veces", confiesa en su primer página el protagonista de la segunda novela de James Baldwin, El cuarto de Giovanni. Un hombre corriente. Corriente y blanco -parece querer decirnos el escritor- sujeto a una vida completamente distinta a la del propio autor, excepto por una salvedad: su sexualidad.

Era 1956 cuando la editorial Knopf, encargada de editar la novela, acababa de recibir el manuscrito. La segregación racial y las leyes de Jim Crow seguían vigentes en la vida de los estadounidenses negros. Su editor esperaba, quizás, una novela con tintes autobiográficos como Ve y dilo en la montaña que tres años antes le había convertido en un prometedor novelista; o una recopilación de ensayos sobre racismo como la editada el año antes.

La editorial se encontró con una historia de amor entre dos hombres blancos homosexuales escrita por un afroamericano. Recomendaron quemarla"

Sin embargo, lo que se desplegaba ante ellos era la historia de amor de dos hombres blancos homosexuales escrita del puño y letra de un autor afroamericano. Aquel rostro que ya habíamos visto "muchas veces" se convertía en el reflejo de una experiencia común, naturalizada y pujando por contar su historia ¿Y qué recomendó el editor? Quemarlo.

Se edita ahora en nuestro país la obra de un escritor fundamental para entender la literatura estadounidense contemporánea. Sexto Piso publica El cuarto de Giovanni por primera vez en una edición que cuenta con la traducción de Ismael Attrache, brindándonos la oportunidad de acercarnos a la obra del escritor norteamericano, todavía a reivindicar en nuestro país. Activista, novelista y poeta, Baldwin ofrece una mirada fascinante de la historia reciente de los Estados Unidos a través de la literatura y las letras.

Un cuarto propio

A finales de la década de los 40, Baldwin buscó en Francia sustrato nuevo sobre el que echar raíces. Los Estados Unidos daban frutos cada vez más pálidos entre una población negra que se organizaba contra la segregación racial y la violencia sistemática del Estado. Baldwin, que pasó varios años viviendo en la capital francesa, ofrece en El cuarto de Giovanni un catálogo de impresiones que recorren la sexualidad y la homofobia. Todo ello en el marco de una sociedad ajena desde la que reflexionar sobre su propia identidad a través de un hombre blanco.

Baldwin ofrece un catálogo de impresiones que recorren la sexualidad y la homofobia

Baldwin nos pone en la piel de David, un joven norteamericano que prolonga sus estudios en París. En ese hiato dulce conoce a Giovanni, un barman italiano con el que atizará un complicado amor. Una relación que se verá cercenada por el inminente regreso de su prometida, Hella, empujándole a decidir entre el amor de aquel hombre o renunciar a su identidad a cambio de un futuro 'seguro'.

París toma la forma de un decorado que sirve para proyectar el dulce limbo en el que se están suspendidas sus vidas. En el pequeño cuarto de su amante, David reflexiona sobre el peso que adquiere Giovanni en su vida, moldeando y dando forma a un deseo extirpado en su tiempo en América.

Los personajes de Baldwin se diluyen entre las miradas de quienes quedan al otro lado de las ventanas opacadas de la habitación. Ellos son los encargados de nombrar lo que ni ellos mismos se atreven a apostrofar. Quienes ya han pasado por el trance de no asumir su propia felicidad intentan alertarles de la tragedia que se dibuja sobre sus cabezas. Jacques, amigo de ambos y más mayor que los amantes, insta a Dani a "no despreciar la carne", y añade: "Os podéis dar algo que os hará a ambos mejores, si os negáis a avergonzaros".

100 años de Baldwin

Cuando esta novela llegó a las librerías causó un gran revuelo. Habiendo sobrevivido al ímpetu ígneo de sus editores, otra editorial en Londres se atrevió a publicarla. Los líderes de los movimientos civiles en Estados Unidos veían en su obra la antítesis de muchos de los valores que describían su identidad como hombres afroamericanos. Malcolm X y Martin Luther King abogaban por una revolución suspendida sobre valores religiosos. Y a pesar de que X tenía un aprecio por el escritor, también mostró su rechazo en entrevistas y debates, tildándole de "políticamente confuso".

Los líderes de los movimientos civiles en EE. UU. veían en la obra de Baldwin la antítesis de los valores que ellos describían como "afroamericanos"

La obra de James Baldwin, de quien se cumplen 100 años de su nacimiento, se editora ahora en España: Sexto Piso y Capitán Swing lo hacen en español, y Trotalibros y Tigre de Paper, en catalán.

En ella se nos brinda una radiografía del estigma doble de quien mientras hablaba de la alienación del racismo, no dejaba de señalar la homofobia como un sistema de opresión homólogo. Incluso quienes compartían su discurso seguían viendo como "subversiva" una literatura que ahondaba en una visión del género, la raza y la sexualidad que ponía patas arriba una concepción de la negritud todavía beata y conservadora.

Leer a Baldwin es reconocer un eslabón perdido en la literatura contemporánea estadounidense. La autorreferencialidad da paso a una obra coral donde caben tantos cantos como los que anunciaba Whitman en sus Hojas de hierba. Imposible entender el advenimiento de la literatura queer en las décadas siguientes sin su contribución a las letras.

El cuarto de Giovanni es una libro tan conmovedor como cruel. Con una aspiración poética en metáforas y eufemismos que se precipitan sobre sus personajes cuando más los necesitan, cuando lo que desean nombrar se escapa entre sus dedos.