Miguel Ángel Aguilar

Editorial: Ladera Norte

Año de publicación original: 2025

"Cuando murió Franco, el desconcierto fue grande: no había costumbre", la cita que da título a este libro, fue la frase de inicio que usó el filósofo y diplomático español Julio Cerón Ayuso al comienzo de una charla organizada por el periodista Miguel Ángel Aguilar.

Tanto le gustó que decidió que esa frase y esa idea fueran la clave de guía de esta crónica de aquellos últimos meses, en los que la muerte del dictador era el tema principal de todo el país, contado desde el punto de vista de un periodista testigo de la historia.

Franco, ese hombre

'Franco, ese hombre', es el título del documental que en 1964 estrenó el director José Luis Sáez de Heredia para gloria del caudillo de España. Hace referencia a él Miguel Ángel Aguilar para explicar cómo la humanidad del Generalísimo fue durante años una especie de elefante en la habitación. Concederle su carácter humano era, inevitablemente, concederle el don de la mortalidad, algo que el Régimen trataba de evitar a toda costa, temerosos de que todo lo construido no sobreviviera a la figura del dictador, como finalmente ocurrió.

El marqués de Villaverde quien primero utilizó el eufemismo "el hecho biológico" para referirse a la muerte de Franco

Cuenta el periodista que fue el marqués de Villaverde quien primero utilizó el eufemismo "el hecho biológico" para referirse a... eso, el hecho biológico y natural de pasar al otro barrio. Y recuerda en este libro cómo hablar aquellos días de las dolencias de Francisco Franco era tarea casi imposible. Por eso, cuando la muerte ya fue inevitable aquel mes de noviembre de 1975, el ejercicio del periodismo fue especialmente emocionante.

El pan como medidor de salud

La historia con mayúsculas está escrita con millones de renglones de historias cotidianas. La de hoy se escribe también desde un local regentado por una viuda con buen ojo para los negocios. Hablamos de La Marquesita, uno de los locales más conocidos de la localidad madrileña de El Pardo.

Te sonará, seguramente, que El Pardo es un barrio del distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo. Como Villaverde o Carabanchel, El Pardo era un pueblo cercano a la ciudad de Madrid que un día fue anexionado a la metrópoli para agenciarse las arcas municipales sus riquezas. Fue allí donde Franco instaló su residencia oficial, hoy todavía visitable, y donde unos cuantos periodistas pasaron muchas horas instalados para informar sobre la salud del caudillo.

Pues bien, cerca de allí se encuentra todavía La Marquesita, un restaurante cuya dueña se pasaba el día pegada a la radio no por interés personal en la salud de Franco, sino para saber cuánto pan tenía que encargar. Ya que cuanto peor fuera el pronóstico, más gente acudiría allí a comer.

'No había costumbre' nos cuenta la historia desde el punto de vista de quienes nos contaron la historia

Se da la circunstancia de que La Marquesita poseía el teléfono público al que los periodistas debían acudir para mandar sus crónicas a los diarios o entrar en directo en la radio. Miguel Ángel Aguilar recuerda en No había costumbre las largas colas que se formaban allí por todos los compañeros. Hoy, esa anécdota resulta no solo ilustrativa del hecho biológico, sino también de la forma de trabajar de esta profesión.

Y ese es el gran acierto de este libro que se publica ahora en vísperas del 50 aniversario de la muerte de quien nunca tendría que haber llegado tan alto ni durado tanto tiempo. Contarnos la historia desde el punto de vista de quienes nos contaron la historia. Tanto si eres periodista como si no lo eres, estas páginas resultan una lectura muy estimulante para completar el puzle de aquellos días decisivos en el devenir de nuestro país.

Sigue el canal de Ahora Qué Leo en WhatsApp para estar al tanto de todas nuestras reseñas, reportajes y entrevistas.