Elisa Giobbi

Traductora: Raquel Olcoz

Editorial: Altamarea

Año de publicación original: 2022

Esto no es una novela al uso, pero sí puede encajar a la perfección en el género negro. Milena Q. Asesina de hombres violentos cuenta la historia real de la que está considerada una de las asesinas en serie más sanguinarias de Italia. Un relato construido a partir de documentos reales del caso y con entrevistas con la que fuera su abogada.

El libro parte con Milena en la cárcel, esperando su sentencia por haber asesinado a Angello Porrello. Quaglini estaba convencida de que sería condenada a cadena perpetua porque, además de que ningún perito judicial la juzgaba de "loca", a su espalda ya cargaba con otras dos muertes: la de su segundo marido, Mario Fogli, y el anciano al que cuidaba, Giusto Dalla Pozza.

Milena Quaglini está considerada una de las asesinas en serie más sanguinarias de Italia

Las tres víctimas de los asesinatos que Milena llegó a confesar tenían un denominador común: eran hombres malos. Pederastas, violadores, maltratadores... La italiana se había propuesto acabar con todos ellos, marcada por el daño y los traumas que estos le habían causado durante toda su vida. Quizás fue todo eso lo que la precipitó al suicidio: Quaglini se colgó en su celda sin ningún ápice de arrepentimiento.

¿Víctima o verdugo?

Es la primera pregunta que uno se hace al adentrarse en la vida de esta mujer, cuya historia tiene pocos precedentes no solo en Italia sino en todo el mundo. Milena no mataba en busca de algún interés, o por psicopatía, sino buscando lo que ella creía que era un bien común: eliminar a los hombres malos con los que se encontraba.

Marcada por un padre violento, un segundo marido maltratador, y habiendo sido violada en multitud de ocasiones, un día se hartó. "Nunca más seré sumisa", se dijo. Entonces un día empezó a matar. Aunque confesó únicamente tres asesinatos, hay otros casos sin resolver que se le podrían atribuir ya que las características de las víctimas coinciden con el perfil de los crímenes cometidos por la italiana.

Aunque confesó tres asesinatos, hay otros casos sin resolver que se le podrían atribuir

Viendo que la justicia no hacía nada con ellos, que vivían en sus barrios, pueblos, ciudades como si nada, como en un letargo a la espera de estallar, ella se tomó la justicia por su mano.

En este libro, Elisa Giobbi cuenta la historia desde el punto de vista de la asesina. Sus tormentos, sus angustias, sus miedos y sus trastornos psiquiátricos. Y aunque no intenta justificarla, sí consigue que el lector se planteé hasta qué punto,en fondo y no en forma, Quaglini tenía razón.