Clémence Michallon

Traductor: Julio Hermoso

Editorial: Planeta

Año de publicación original: 2023

Bajo la fachada de un hombre entregado a la comunidad, Aidan Thomas se ha convertido en un pilar fundamental en las vidas de los habitantes de una pequeña población de Estados Unidos. Todos sus vecinos guardan de él un grato recuerdo por un tejado, un generador o una nevera arregladas a tiempo.

Pero tras sus buenas acciones se esconde un alma pérfida. Desde hace años secuestra y mata mujeres, manteniéndolas como animales salvajes, enjauladas y sumisas en una remota cabaña. Sin embargo, todo cambia cuando se ve forzado a llevar a su última víctima a su propia casa, a convivir junto a su propia hija después de la muerte de su mujer.

Fervor por el True Crime

Clémence Michallon es periodista y escritora, especializada en cultura pop y true crime, un fenómeno que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales atractivos en el mundo del entretenimiento . Su última novela la postula como una de las principales voces del thriller psicológico.

La inquilina silenciosa se apoya en esa telerrealidad escabrosa que fascina a millones de personas. Porque a pesar de no estar inspirando en hechos reales, la autora juega con la memoria colectiva para dibujar horrores que terminan de perfilarse en la imaginación de los lectores, dejándonos la inquietante sensación de que la realidad siempre será más peliaguda que cualquier ficción que imaginemos.

Monstruos reales

El seis de mayo de 2013, a través de un hueco en la puerta, Amanda Berry pudo avisar a uno de los vecinos del 2207 de la Avenida Seymour, en Cleveland, Ohio. Llevaba 10 años encerrada junto a Gina DeJesus y Michelle Knight, sufriendo los abusos y vejaciones de Ariel Castro. En el seno de una tranquila comunidad, sus vecinos no sospecharon durante toda una década de los horrores que se daban a un tramo de escaleras de sus propias vidas. La noticia conmocionó a la opinión pública americana. Dos años después de su liberación, sus víctimas publicaron un libro que recogía su experiencia en primera persona.

Michallon toma el pulso de casos reales como este para dar vida al triángulo de mujeres víctimas que conforma su novela. Aquel diario escrito por Berry, DeJesus y Knight inspira a los personajes de Michallon que intentarán ordenar y recuperar su vida antes de que se desvanezca junto con la posibilidad de escapar.

"Mi nombre es Rachel. Tú me encontraste. Todo lo que sé es lo que tú me enseñaste. Todo lo que tengo es lo que me has dado"

Su última víctima, Rachel, recibió su nombre de su propio verdugo, dejando atrás su verdadera identidad para amoldarse a los deseos de su captor. Cada noche, este le pide que repita las mismas palabras: "Mi nombre es Rachel. Tú me encontraste. Todo lo que sé es lo que tú me enseñaste. Todo lo que tengo es lo que me has dado". El mantra la mantiene atada más férreamente que los grilletes de sus tobillos. Una vez al día, él la visita, recordándole así que ha pasado una jornada en la oscuridad de la caseta donde es prisionera.

Todo cambia cuando Aidan la traslada, tras cinco años de encierro, a su propia casa, tras la muerte de su esposa. Allí conocerá a Cecilia su hija adolescente; y a Emily, una joven camarera que corre el mismo peligro que Rachel. Una carrera a contrarreloj para evitar se conviertan en víctimas de sus terribles deseos.

Diarios terroríficos

El verdugo no tiene voz en el relato de Michallon. Son cada una de las mujeres, anotadas como víctimas, por números, por su situación, como se las presenta dentro del texto. Desprovistas de memoria o historia, sus voces nos recuerdan a las de las supervivientes de Cleveland.

Tratan de recordar sus vidas antes de entrar en ese estado, como de trance, donde los días no significan nada. Un thriller coral que aprovecha bien a sus personajes para generar un aura de tensión. Un crescendo constante en el que, por mucho que lo intentemos, igual que sus víctimas, no somos capaces de penetrar en la mente de quien ha orquestado todo el mal que vive entre las páginas de La inquilina silenciosa.