David Graeber

Traductor: Joao Andreano Weyland

Editorial: Ariel

Año de publicación original: 2019

"La vida pirata es la vida mejor" es parte de una canción popular que Mägo de Oz versionó hace pocos años y que igual os suena justo de eso. En realidad es un tema que tiene casi tantos años como los propios piratas, pero aquí lo importante es el mensaje que trae consigo: "Sin trabajar, sin estudiar, con la botella de ron".

Hemos idealizados a los piratas. Todos les vemos como esas almas libres que en algún momento de nuestras vidas nos ha apetecido ser. Surcaban los siete mares, saqueaban, robaban y luego tomaban tierra en su refugio donde se ponían hasta arriba de ron y veían la vida pasar. De hecho, con el paso de los siglos se han idealizado figuras como las de Henry Avery o Adam Baldridge, dos piratas que amasaron la mayor fortuna de la vida pirata y que crearon (en el caso de Avery) una tierra prometida: Libertalia.

Rumbo a Madagascar

Todas estas historias están, evidentemente, exageradas, pero sí que tuvieron un poso de realidad. Tanto el rumbo de Henry Avery, Baldridge y muchos otros acabó en Madagascar. Una isla que por su importancia estratégica parecía capital para establecer un lugar donde quedarse hasta que el espíritu pirata les llevase de nuevo a la mar.

'Ilustración pirata' pone en valor las fábulas pirata y les quita la pátina de exageración que han acumulado todos estos siglos.

Y aquí es donde entra el libro póstumo de David Graeber, autor de El amanecer de todo. Ilustración pirata pone en valor todas estas fábulas piratas, les quita la pátina de fantasía y exageración que han ido acumulando todos estos siglos y, siguiendo una exhaustiva labor de investigación, nos cuenta qué hay de verdad en todas esas leyendas de tesoros escondidos.

Es más, este libro propone que, contrariamente a lo que todos llevamos siglos pensando, la Ilustración como movimiento cultural e intelectual no nació en nuestro continente, sino en las tierras malgaches donde los piratas intentaron doblegar los sistemas y el modo de vida tan arraigados en Europa.

Disociando mito y realidad

El propio Graeber viajó hasta Madagascar para trabajar sobre el terreno. Investigó los escritos dejados por la comunidad malgache (los aborígenes de la isla) en los tiempos dorados del pirateo. De ellos, pudo extraer que esas figuras idealizadas en libros y películas estaban llenas de humanidad y complejidad.

Los piratas desafiaron las estructuras de poder establecidas, creando formas alternativas de organización y resistencia

Con esta exhaustiva investigación, Graeber nos muestra cómo los piratas desafiaron las estructuras de poder establecidas, creando formas alternativas de organización y resistencia.Ilustración pirata trasciende todo ese trasfondo de aventuras y pillaje para, en último término, convertirse en una reflexión bastante profunda sobre la justicia, la libertad y la lucha por un mundo más justo.

Este libro es un ataque directo a nuestras creencias y los tópicos establecidos sobre la vida pirata. De vividores y ladrones a figuras llenas de matices y preocupadas por los demás que lucharon contra la opresión y las injusticias de su tiempo.

Trampantojo pirata

Esta jugada de revisar el pasado y sus mitos le sirve a David Graeber para darle la vuelta a la temática de su última obra como si fuera un calcetín. Pasa de analizar las verdaderas motivaciones piratas a hacernos reflexionar sobre la actual lucha contra la injusticia social, a hacernos pensar en la igualdad. En definitiva, nos hace preguntarnos qué lecciones podemos aprender de aquellos que desafiaron a lo establecido en el pasado.

Este libro es una radiografía sobre el deseo de libertad que nace de todo ser humano

Al final del viaje que nos propone este libro nos damos cuenta de que estamos ante una obra que es mucho más que un libro de piratas. Esto es una radiografía sobre el deseo de libertad que nace de todo ser humano en el que lo que importa no son los tesoros, la sensación de aventura y las botellas de ron.

Lo que importa de verdad es y lo que Graeber quiere es que nos demos cuenta de que, muchas veces, son los que están fuera del sistema los que nos muestran el camino correcto. Ese que discurre hacia un ideal mundo en equilibrio. Uno que sea más justo para todos.