Michele Mari

Traductor: Carlos Gumpert

Editorial: Muñeca infinita

Año de publicación original: 2007

Un niño de trece años con mucho tiempo libre y una imaginación alimentada por infinidad de libros pasa el verano en casa de sus abuelos, en una zona rural, a finales de los años 60. Allí, los viñedos de la familia los cuida un campesino grotesco, deformado, gigante y sin estudios, al que hablar correctamente le cuesta un mundo y que conoce el funcionamiento de la tierra mejor que el del corazón humano.

"Ser amado por un monstruo era la mejor de las protecciones contra el horrible mundo"

El niño, Michelino, le venera y le vigila como a un monstruo de uno de los libros que ha leído. Una especie de ogro al que se acerca pero no demasiado. El monstruo, de nombre Felice, le tiene cariño al niño. Y como dice Michelino, "ser amado por un monstruo era la mejor de las protecciones contra el horrible mundo".

Pero cuando a Felice le empiece a fallar la memoria, será Michelino, con su imaginación, quien le ayude a sobrellevar el final de sus días con la mayor dignidad posible, creando reglas mnemotécnicas para traer de vuelta el nombre de las palabras perdidas.

Un prodigio emocional

La ternura de una relación tan desigual y, sin embargo, tan dependiente, la rabia de la enfermedad degenerativa, la ilusión del joven que se siente útil en un mundo de adultos, el miedo a involucrarse, el amor que surge entre dos humanos tan diferentes... todo eso está terriblemente bien explicado en Verdigrís.

Verdigrís tiene, a día de hoy, el argumento más original que nos hemos echado a la cara en lo que llevamos de 2024

Michele Mari expone y disecciona cada emoción en capítulos anclados a la tierra, tejidos con la palabra exacta, de frases largas, labradas, donde van levantándose, página a página, dos personajes inolvidables que avanzan por una aventura en la que se necesitarán mutuamente para lograr salir con éxito de la misma.

De tal modo que el lector comparte todos esos sentimientos con sus protagonistas en una especie de cuadrilla veraniega en la que sentirse involucrado. Y lo que parecía en un principio una novela gótica en la que el humano y el monstruo se acercan, se convierte en una narración llena de sorpresas donde uno y otro van descubriendo (y redescubriendo) un mundo desconocido.

Verdigrís tiene, a día de hoy, el argumento más original que nos hemos echado a la cara en lo que llevamos de 2024. Una aventura divertida y desoladora al tiempo, surgida de la mente de un escritor italiano no especialmente conocido, publicada en su país hace más de 15 años y por la que ha apostado una editorial pequeñita, Muñeca infinita, con tan solo tres años de vida.

Aventuras góticas

Los orígenes de aquella casa, los secretos que vecinos y familiares han ido escondiendo se convertirán en los protagonistas de las aventuras de dos amigos improbables: uno que avanza con pies de plomo por un mundo que desconoce y el otro que camina despreocupado por una vida que está empezando a olvidar.

Mientras ayuda a Felice a tratar de recordar, lo que hará Michelino es adentrarse en un pasado tan desconocido como incierto

Porque mientras ayuda a Felice a tratar de recordar, lo que hará Michelino es adentrarse en un pasado, el de aquel monstruo, tan desconocido como incierto. Y aunque consiga salvar de las brasas del olvido sus recuerdos más sencillos (cómo se llama aquel aparejo, qué es una "babosa", dónde está el váter, que no lo encuentra), el niño se hará cargo de la cantidad de memoria que se está escapando por el sumidero de la enfermedad sin que aquel hombre sea consciente de todo lo que está perdiendo.

El resultado es una historia de iniciación, una trepidante novela de aventuras mezclada con el género de terror. Mitad 'Los Goonies', mitad Frankenstein.