Eduardo Díaz-Rubio

Editorial: Las nueve musas

Año de publicación original: 2023

Según la OMS, el cáncer de cérvix (o cáncer de cuello de útero) podría ser la primera enfermedad tumoral en toda la historia que se erradique por completo. Lo único que nos separa de este hito es la vacunación, todo lo demás está en décadas de investigación y en el material genético de una mujer que cambió por completo la historia de la medicina.

Eduardo Díaz-Rubio recoge en Un viaje hacia la inmortalidad el desarrollo de la investigación sobre este cáncer y cómo hemos llegado hasta su cura. Un libro en el que trata algunos de estos hitos, pero también las implicaciones de la investigación en la vida de los pacientes.

Células inmortales

Las células de Henrietta Lacks eran inmortales al aislarlas en un cultivo de laboratorio. Así de simple y así de sorprendente. Aquella joven se convirtió en la base de la cura del cáncer de cuello uterino. A través de una biopsia descubrieron que sus células no solo no morían, sino que se dividían y duplicaban cada 24 horas. Lacks le dio nombre a un cultivo celular que sirvió como base, a mediados del siglo XX, para acelerar la investigación en torno a la enfermedad.

Su desarrollo era tan rápido que sus células llegaron a contaminar los cultivos de todos los laboratorios del mundo. Desde su descubrimiento en 1951 hasta ahora se han llegado a producir más de 50 millones de toneladas métricas de células. Para hacernos una idea de la magnitud, dichas células puestas en línea cubrirían tres veces la Tierra.

Henrietta Lacks fue la base de la cura del cáncer de cuello uterino

Las HeLa (llamadas así por el nombre de la joven) han servido como base para la fabricación de fármacos contra tumores, la fecundación in vitro y, sin ir más lejos, han servido para descubrir las características del virus productor del COVID-19. Podríamos decir que estamos ante las células más famosas de la historia de la ciencia, aunque la propia Lacks no se enterase hasta décadas más tarde.

Consentimientos y experimentos

Un viaje hacia la inmortalidad investiga también en torno a un concepto relativamente reciente en la ciencia: el consentimiento informado. A Henrietta Lacks nunca se le informó de que su material genético recorrería medio mundo, tampoco que serviría para combatir este cáncer. Quienes se convertían en 'conejillos de indias' de este tipo de avances, rara vez conocían los detalles de dichos experimentos.

Algunos, tan radicales como Josef Mengele, el Ángel de la Muerte, quien creó en Auschwitz un laboratorio de investigación donde retenía a gemelos y mellizos para hacerles verdaderas atrocidades, desde inyecciones letales, hasta coserles por la espalda como si fueran siameses.

Lacks no se enteró que sus muestras iban a ser analizadas y serían la base de miles de investigaciones

Henrietta no solo aportó su granito de arena (o celular, según se mire) a la investigación, también a la creación de un marco legal que informase e hiciese participes a los pacientes. Hasta el siglo XXI no se hicieron públicos muchos de los resultados que arrojaron las células HeLa, permitiéndole a la familia de la protagonista conocer, al fin, el papel que había jugado en la historia de la humanidad.

Cáncer de cérvix

Son muchas las mujeres que han pasado por el cáncer de cérvix, desde la propia Henrietta Lacks a Eva Perón, Isabel la Católica o Paulina Bonaparte. Anualmente, 350.000 mujeres fallecen por la enfermedad. En este ensayo, el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España se basa en su experiencia como oncólogo para escribir sobre el cáncer de cérvix, sobre sus efectos y sobre todo, su cura.

En Un viaje hacia la inmortalidad, Díaz-Rubio despliega una historia fascinante donde incluso quienes no somos médicos nos sentimos parte de la historia de la ciencia. Un ensayo que pone a sus protagonistas en el centro de la historia, una que nace de algo tan pequeño pero tan decisivo como una simple célula.

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