Sonya Walger

Editorial: Muñeca Infinita

Fecha de publicación original: 2025

Traducción: Esther Cruz Santaella

El protagonista de León nos saluda mientras cae desde varios cientos de kilómetros de altura. Mira a la cámara e intuimos una sonrisa en sus labios. Mejor dicho la imaginamos, porque es difícil siquiera ver sus rasgos. Parece no tener miedo alguno al efecto de la gravedad. Pero esto también se basa en la pura especulación, porque después de atravesar las casi 200 páginas que componen esta especie de biografía novelada sobre su vida, es tan difícil saber lo que piensa como lo que oculta.

La encargada de dirigirnos por ella es Sonya Walger. La actriz de la serie Perdidos recoge aquí la historia de su padre, Leonidas Walger: exconvicto, piloto de carreras, paracaidista amateur, jugador de polo y exadicto a la cocaína. Un hombre en la búsqueda perpetua de la próxima experiencia adrenalínica, esquivando responsabilidades y sembrando los vientos que ahora recoge en forma de tempestad su propia hija.

Una vida de ficción

No podemos resumir la vida de Leonidas. La razón es simple: la realidad y la ficción es indisociable. Walger intenta rellenar esos mismos huecos a lo largo de toda su autobiografía a la sombra de su progenitor. Es así como en plena adolescencia descubre un sobre con toda la documentación del juicio de su padre. Le habían detenido en Marbella en plena compra de un alijo de cocaína y la justicia española le acababa de condenar a varios años de cárcel. Nadie le había explicado nada.

Sonya Walger firma una autobiografía a la sombra de su progenitor

Mientras tanto ella recibe cartas que hablan de aventuras inventadas que no mencionan el tiempo que pasa en España a la sombra. Su leyenda se hace más grande y más pequeña a medida que la observamos. En su infancia, para Walger es un semidiós, un hombre capaz de todo. Cuando le mira a través de su madre, la figura se empequeñece: "Fue a nuestra luna de miel sin dinero y tuve que pagarlo todo", le explica esta con tristeza.

Competir con la adrenalina

La actriz confiesa que para una niña resultaba "imposible competir por su atención con la adrenalina". Ya fuese la que generaban los deportes de riesgo, las amistades peligrosas, las drogas o la mera dolce vitta. En esa velocidad vertiginosa, su hija queda disparada de lado a lado en la centrifugadora de una vida al límite.

Su hija queda disparada de lado a lado en la centrifugadora de una vida al límite

Con 18 años decide tomarse un año sabático y visitar a su padre en Argentina. El viaje se convierte en un fiasco de madrastras que tratan de agasajarla, de sentirse extranjera en el país de su padre. Una noche revisa su cartera y descubre un sobre con polvo blanco. Se pregunta a sí misma para qué necesitaría drogas un padre que pasa un fin de semana con su hija. De nuevo, imposible competir con la adrenalina.

León

En la cubierta de su edición norteamericana observamos un ángulo distinto del mismo salto en paracaídas. El cielo y la tierra están intercambiados, observamos boca arriba el mundo en el que León es el protagonista. De nuevo la sensación de gravedad nos resulta extraña y ajena a medida que nos adentramos en su protagonista.

Observamos el mundo boca arriba en el que León es el protagonista

El debut literario de Sonya Walger es una mezcla de autobiografía y novela. Su autora parece hacer uso de la autoficción como terapia y mezcla su propia infancia con la de sus hijos, anotando las diferencias y, quizás, comprendiendo mejor por momentos la suya propia.

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