Paula Melchor

Editorial: Letraversal

Año de publicación original: 2025

Uno es lo que sabe que es. Si no sabes nada, nada eres. Por eso la protagonista de Un conjurono es nada al principio. Es río, es corriente, es animalillo que se esconde, es aire que juega con las hojas de los álamos. Es risa y libertad, pero no es consciente de sí misma, de ser nada. Hasta el final del primer poema: "De pronto noté / mi cuerpo distinto / a los animales los árboles / y tuve miedo. Vi mis manos sin garras / mis piernas / que no eran ramas. Tuve mucho miedo".

Así, al asumir su humanidad, la protagonista se abre a sentir, a tener emociones. Y siente el miedo, la soledad, la tristeza, pero también el amor. Lo siente por un pequeño cervatillo al que salva de las aguas del río. Sus ojos grandes, negros, serán luz de guía desde ese momento. Unos ojos que buscará ya por siempre en todas partes.

La protagonista de 'Un conjuro' siente el miedo, la soledad, la tristeza y el amor por un pequeño cervatillo

Pero cuando el cervatillo y ella se separen, porque la vida nunca viaja por los caminos que hemos imaginado, la protagonista de esta historia empezará a buscar el amor en otros lugares. En hombres guapos de manos bonitas que terminan siendo hombres malos. Novios malos que le harán daño. Y conocerá así el dolor.

Y el dolor y la búsqueda del amor le hará cantar, inventarse poemas, cancioncillas, que le llevarán por los caminos, por los pueblos. Contradice, incluso, en un poema, a Aristóteles, que aseguraba que la política es lo que separaba a los hombres de los animales. "Dime, dime: ¿fue Aristóteles alguna vez / una chica muy triste / a la que le rompieron el corazón? / Creo que no porque Aristóteles, tan listo que era, / hubiera sabido que, a veces, / berrear /es lo único que se puede hacer".

De niña a juglarilla

Con un puñado de poemas repletos de naturaleza, honestidad, sencillez y belleza, Paula Melchor dibuja un viaje lleno de emociones de esta pequeña niña, de esta juglarilla. Un personaje entrañable, terriblemente tierno, con una facilidad asombrosa para expresarse de una manera natural y sincera, para estirar sus largos dedos y rozarte el corazón con cada palabra, sin perder la sonrisa, amablemente.

Caminamos junto a ella, testigos de la evolución de su alma, que pasa de la luz a la oscuridad y vuelve a la luz

Incluso cuando es consciente de que su luz se está oscureciendo, cuando el amor le lleva por sendas oscuras, ni siquiera ahí es capaz de perder la ternura: "(...) no supe / que amar a hombres malos / me haría mala de vuelta. / Amar a hombres malos / te hará querer aprender / todos los bajos conjuros y las sombras".

Por eso caminamos junto a ella, siendo testigos de la evolución de su alma, que pasa de la luz a la oscuridad y vuelve de nuevo a la luz. Por eso somos testigos de todo lo que siente: porque no calla, porque no miente. Porque canta lo que vive, lo que pasa por su enorme corazón.

La magia de la poesía

Con ecos de esa Irene Solá que personifica la naturaleza en personajes inolvidables, trazas de la naturalidad y el ritmo sobrio de Ángel González y el contexto coral de una tierra que vio, besó y bebió de la sencillez y la profundidad de las coplas de Lorca, Paula Melchor compone en Un conjuro una especia de sortilegio, una combinación de versos y textos líricos que, como un madero en el final de un río, te transportan a otro lugar sin sobresaltos.

Qué es un conjuro sino una sucesión de palabras colocadas de tal forma que puedan hacer posible lo imposible

Con picos tremendos de belleza ("Me gusta que a veces me miras / como si yo fuera / acaso algo para cuidar"), sonrisas que te golpean la cara como si las lanzara el viento sin control ("Qué divertido / mojarse los dedos de los pies / mientras se saltan / todas esas piedras / y hacer poemas / que no importan nada") y fogonazos arrebatadores de lucidez ("el conjuro original fue siempre / nuestro nombre en labios de otros"), este libro es capaz de montarte y desmontarte después.

O quizás al revés, incluso. Pues qué es un conjuro sino una sucesión de palabras colocadas de tal forma que puedan hacer posible lo imposible. A ver si alguien es capaz de decirme que esa no es una perfecta definición de lo que es la poesía.

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