Oihan Iturbide tenia 29 años cuando se vio al borde del abismo. "Consumí muchísima droga y desarrollé una adicción", recuerda. "Llegado a ese punto, me dije: necesito escapar de mi realidad, escapar de mi vida, porque tenía muchos problemas".

Ingresó en un centro de desintoxicación, pero al salir tuvo una recaída. "Ahí es donde mi cabeza hace un clic. Ahí es donde yo digo: a ver, si sales y no eres capaz de estar sin consumir ni 24 horas es que hay un problema evidente".

"Necesitaba escapar de mi realidad, de mi vida"

Ya rehabilitado, con 33 años Oihan decidió matricularse en Biología para "buscar el origen del trastorno de adicción" que "no encontró", dice entre risas. En aquella época se obsesionó con una pregunta: "¿Por qué yo desarrollo una adicción y mis amigos, que consumían de la misma manera, no la desarrollan?".

Vivir siendo adicto rehabilitado

Hace 14 años que Oihan escapó de la pesadilla. "Yo no tengo ganas de consumir nunca", asegura, aunque tiene que vivir en una sociedad en la que el alcohol está en el centro de todo. También en el concierto de C. Tangana al que asistió en septiembre.

"La puesta en escena era alcohol, alcohol puro. Y C. Tangana brindaba una y otra vez con el público, y el público levantaba la cerveza. Para un adicto rehabilitado como yo, fue una orgía del alcohol", dice riéndose. "Y tuve un tirón, que es lo que te lleva a experimentar la misma sensación que tenías cuando bebías pero sin haber consumido".

"La adicción está a la cola de la salud mental"

Reconoce que él contó con recursos para salir adelante, y pide que se invierta más en la sanidad pública. "Siempre se ha relacionado la adicción con una cuestión moral, cuando es una cuestión exclusivamente de salud. El modelo que está ofreciendo la sanidad pública cada vez es mejor, lo que pasa es que no hay recursos, lamenta. "La adicción está a la cola de la salud mental a causa del estigma que la rodea".

Una editorial para dinamitar prejuicios

Con su historia, Oihan busca derribar esos estigmas. "Solo conocemos dos relatos: el relato del éxito y el relato terrorífico que acaba en suicidio, que acaba en sobredosis", cuenta.

"Solo conocemos dos relatos: el del éxito y el que acaba en suicidio"

Pero entre esos dos extremos hay muchos grises, casos de todo tipo a los que Oihan da voz en un podcast y a través de un sello editorial recién creado, Yonki Books, donde publica libros como 'Hasta que las pastillas nos separen (o no)', del que te contamos más en este enlace.

"La idea es que podamos hablar tanto de la gente que consume sin juzgar, como de la gente que abusa sin juzgar, como de la gente que ha desarrollado una adicción sin juzgar", dice. Hablar, leer y aprender para dinamitar prejuicios.