Descubrir el yoga supuso un antes y un después para Vanesa Lorenzo: "Forma parte de mi vida y me parecía que era algo que quería compartir con mi hijas porque si tan bien me hacía a mí quería que ellas empezasen a familiarizarse con la filosofía". Con la idea de que sus hijas comenzasen a mantener una relación con su propio cuerpo, "que respiran, que pueden controlar su respiración, que eso les va a ayudar a calmarse".

Descubrió una fórmula educativa que combina el yoga con la disciplina positiva: "Esta metodología educativa se basa en la coherencia y el sentido común, en tratar al niño como un adulto, con el mismo respeto".

Durante el confinamiento escribió 'Crecer juntos' (Planeta, 2020), un manual que recoge las herramientas que ella utiliza en la educación de sus hijas: "Yo no soy dueña de mis hijas, soy su madre, pero no soy dueña de este ser, entonces lo que tengo que hacer es acompañarla desde el respeto". Un método alternativo que busca generar lazos parentales a través del diálogo y la conexión con el cuerpo.