A medida que crecemos se genera una presión y unas expectativas de vida que parecen desmoronarse rotundamente en el momento en que se rompe nuestra relación de pareja. La psicóloga Silvia Congost ha estudiado durante diecisiete años las relaciones tóxicas de sus pacientes, deduciendo que muchos prefieren mantener una relación dañina "no solo por una falta de autoestima, si no por miedo a la soledad".

El peligro de la presión social

Congost nos remite a una explicación biológica de este miedo, "cuando estábamos en las cavernas, ser expulsado de la tribu era un peligro de muerte". Por eso según la psicóloga, el miedo a la soledad es una reacción automática que tuvo su razón de ser en aquel momento, pero que ahora, resulta más un impedimento que una ayuda, tal y como ella dice "por eso nos arrastramos y perdemos la dignidad". Por eso y por otro factor ambiental: la presión social. Aquí es donde entran en juego esos valores anticuados del amor romántico que afirman que el éxito solo es alcanzable en pareja y en familia, lo que lleva a que "si te quedas sin pareja te miren con pena, como si no pudieses seguir adelante con tu vida". Por supuesto, semejante problema no existe.

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Atrévete a viajar o a pasar un fin de año solo

La afirmación ‘mejor solos que mal acompañados’ parece una obviedad, pero no lo es tanto. Congost afirma que aún "estamos a años luz de donde deberíamos estar con este tema". Su último libro 'A solas' (Zenith, 2019) va ya por la cuarta edición. A ella se lo agradecen sus lectores por redes sociales "les ayuda a ver la soledad de otra manera, como un espacio que te permite entrar en contacto contigo mismo". Porque para Silvia Congost es a solas cuando nos miramos directamente a los ojos, un tiempo necesario para el crecimiento personal y el cariño a nosotros mismos. "Intento potenciar y mostrar el pasar un fin de año solo, el hacer un viaje a solas, eso ayuda a normalizar". Sin excluir a los amigos, las personas deben aprender a realizar todo tipo de actividades por sí mismos y para ellos mismos, por eso la autora defiende las prácticas de visualización para "conectar con emociones". Este tipo de terapias sirven para aceptar nuestros sentimientos: Si estamos tristes, aceptémoslo, porque al fin y al cabo, eso es lo que Silvia Congost busca: la naturalización de los sentimientos, incluida la soledad.