Hay quien utiliza su color para marcar diferencias, sus marcas nos dicen cuánto y cómo hemos vivido. Es el órgano más grande del ser humano, al que curiosamente solo prestamos atención cuando nos da problemas. "Me llamo constantemente monstruo porque hay una tradición cultural que asocia a los enfermos de la piel con monstruos. Hasta tiempos muy recientes éramos unos apestados".

"Hasta tiempos muy recientes éramos unos apestados"

Es 'La piel' (Alfaguara, 2020) de la que Sergio del Molino nos habla en su último trabajo que sale ahora a la venta. Un libro que no es biografía, ensayo ni ficción, y lo es todo a la vez. "La pregunta que me hice cuando empecé a escribir es en qué medida una enfermedad tan visible como la psoriasis te condiciona, te marca y define lo que eres", dice el autor.

Una enfermedad crónica de la piel que tiene alrededor del 3% de la población, y aquí Sergio del Molino nos cuenta algunas historias de otras personas con las que comparte enfermedad como son Stalin, Nabokov y Cyndi Lauper. "A las mujeres sí que les inhibe mucho más a la hora de mostrar su propia sexualidad, y eso es algo que a los hombres les ha dado igual. Nabokov, en pleno brote de psoraisis, era un picaflor"

"Nabokov, en pleno brote de psoraisis, era un picaflor"

Ahora reconoce que tardó mucho en aceptarse. En el libro se llama a sí mismo "monstruo", así que tomen nota de este consejo del autor: la piel nos debe proteger, jamás ser una barrera entre nosotros y los demás.