Sí. Es una pasada poder viajar más allá de nuestra época y ver lo que nos espera. Avances imposibles que sólo podemos soñar.

Para eso está la ciencia ficción. Para llegar donde no podemos utilizando nuestra imaginación como combustible. En 'Frontera oscura', novela ganadora del Premio Minotauro, llegamos lejísimos. Hasta el siglo XXVI. El hombre ha abandonado la Tierra, ha colonizado más de 8000 mundos, pero sigue habiendo enigmas, fronteras que superar, misterios que comprender. "Aborda la cuestión de la existencia o la no existencia de un dios en el universo", cuenta su autor, Sabino Cabeza.

"La historia aborda la cuestión de la existencia de un dios en el universo"

Es lo que en filosofía se llama "la apuesta de Pascal": si no se conoce de forma segura que algo existe, como por ejemplo dios, no se pierde nada por creer que sí. En esta novela, ese dios metafórico tiene forma de agujero negro. "Más allá de la anécdota de que se trate de un agujero negro, tiene mucho que ver con las preguntas que nos hacemos los seres humanos en situaciones muy concretas en las que la razón no alcanza a entender lo que estamos viendo".

Los agujeros negros son un misterio insondable, aunque en 'Frontera oscura' sirven para reunir a los protagonistas. Los que importan de verdad. "Las buenas historias de ciencia ficción son esas en las que te interesas por los personajes de alguna forma, es decir, sientes algo por ellos", asegura el escritor.

"Las buenas historias son esas en las que te interesas por los personajes"

Lo verdaderamente interesante es la visión del futuro. Una visión optimista que no toda la ciencia ficción abraza. Contra las distopías, existe la ciencia ficción de 'Frontera Oscura'. Una que cree firmemente que el ser humano dejará de lado sus diferencias para trascender los límites de nuestro planeta. "La ciencia ficción y la fantasía permiten soportar lo insoportable".

La ciencia ficción sirve para que nuestra mente vuele, para llegar allí arriba, más allá de las estrellas.