Un día, Luis García Montero escribió que todo se le olvidaba si tenía que aprender a recordarla. Un poema para el amor de su vida, su mujer, Almudena Grandes, a la que ahora está aprendiendo a recordar: "Las pérdidas graves son muy jodidas. Uno deja de encontrarle sentido a las cosas", nos cuenta.

Fallecida en noviembre de 2021, la novelista pasará a la historia por ser la cronista del Madrid del siglo XX y del XXI, de la misma manera que Benito Pérez Galdós lo fue de el del XIX. Por eso, y desde el principio, multitud de madrileños y madrileñas la han honrado de manera espontánea. Por ejemplo durante su funeral, que se convirtió en un auténtico homenaje a su vida y, sobre todo, a su obra al portar y leer de sus libros más emblemáticos como 'El corazón helado' o 'Los besos en el pan'. Gestos que, como su viudo hoy reconoce, son los que tanto a él como a su familia les han ayudado a remontar: "Ver el cariño que desde el primer momento que cientos y cientos de personas han mostrado por ella nos vuelve a dar un sentido de agradecimiento a la vida".

Porque esos ciudadanos anónimos son sobre los que escribía Almudena. Los que la leían, con los que le gustaba charlar. Esos sobre los que escribía Almudena, los que la leían, con los que charlaba. Porque como ella confesaba en vida, y hoy mantiene Luis García Montero, para la escritora sus lectores y lectoras siempre fueron lo más importante. Mucho más que los prestigiosos premios o reconocimientos que recibía. Por eso, ella iba allá a donde la invitaban. "Siempre se sintió feliz con sus lectores. Por eso iba a todos los clubs de lectura, a todas las bibliotecas... No solo a los grandes acontecimientos oficiales, sino también a la biblioteca más sencilla para hablar con sus lectores".

Y también fue muy feliz el 11 de mayo del 2008. Aquel día, junto a Manuela Carmena, se subió al balcón del Ayuntamiento de Madrid para dar el pregón de las fiestas de San Isidro. Emocionada, lamentó que Madrid fuera una ciudad "que se quiere poco. Mucho menos de lo que debería". Ella amaba esta ciudad que se convirtió, casi casi, en el hilo conductor de sus novelas, desde la primera, 'Las edades de Lulú', hasta la última, 'La madre de Frankenstein'. Por eso, la medalla póstuma como hija predilecta, cree su viudo, le habría hecho mucha ilusión: "Es un reconocimiento que tiene que ver con la ciudad a Almudena. Un reconocimiento que viene del Ayuntamiento de Madrid más allá de las singularidades".

Con "singularidades" Luis García Montero se refiere a que ni la vicealcaldesa Begoña Villacís (Ciudadanos) ni el alcalde, José Luis Martínez Almeida (Partido Popular) acudieron al acto de entrega realizado en el Teatro Español el 8 de junio de 2022. Es más, el regidor dijo meses antes que aceptaba entregarle la distinción porque era la condición que la oposición le puso en pleno para aprobar los presupuestos pero que, en su opinión, no lo merecía: "El personaje no lo merece. Yo, motu proprio, no lo hubiera hecho. Pero en toda negociación hay que hacer cesiones. ¿El personaje lo merece? Yo creo que no, pero para sacar los Presupuestos hay que hacer cesiones".

Sí acudieron a ese teatro, al que Almudena iba con frecuencia, algunos de sus íntimos amigos como Miguel Ríos, Ana Belén o Joaquín Sabina (que dijo que siempre llevaba sombrero porque estaba buscando la ocasión para quitárselo por Almudena Grandes). Todos ellos para honrar la memoria de una de las escritoras más importantes de los últimos años y para acompañar a su viudo, Luis García Montero. El que un día escribió que todo se le olvidaba si, algún día, tenía que aprender a recordarla. Y eso es lo que está haciendo ahora: aprehender a recordar al que fue el amor de su vida.

'Prometeo', su nuevo libro

En su nueva obra, Luis García Montero se centra el el mito de Prometeo para reflexionar sobre la importancia de la búsqueda del bien común. Nos lo cuenta en el siguiente vídeo.