¿Merece la pena arriesgarlo todo por buscar el bien común? Esta pregunta es la premisa principal de la que parte el poeta Luis García Montero para reflexionar sobre el mito de Prometeo.
Prometo fue el titán griego castigado fuertemente por Zeus, expulsado incluso del Olimpo, por robar el fuego a los dioses para dárselo a los hombres. ¿Hizo bien? ¿Se lo agradecieron? ¿Le compensó?
García Montero cree que sí. Y para llegar a esta conclusión inventa un diálogo entre un Prometeo joven, que cree que el precio a pagar por su heroica hazaña ha sido demasiado alta, y un Prometo viejo que, gracias a su experiencia, puede defender que siempre sale a cuenta buscar el beneficio colectivo, que esto ya es per sé un triunfo en sí mismo.
"Hay darle otra oportunidad a la palabra bondad"
Él dice estar en el grupo del Prometeo viejo, porque sigue encontrando motivos para la esperanza: "Cada vez creo más en la palabra resistencia". Y también en la palabra bondad, aunque haya quien utilice el buenismo como ataque. "Los avaros y los canallas identifican bondad con ingenuidad, con torpeza. Un bueno es un tonto. Creo que hay darle otra oportunidad a la palabra bondad".
El poeta granadino, director del Instituto Cervantes, celebra el buen momento por el que pasa el libro. "El libro es uno de los mejores inventos tecnológicos que han existido". En su nueva publicación, 'Prometeo', pone en negro sobre blanco obra de teatro que escribió por encargo del director teatral José Carlos Plaza y que fue representada en Mérida en 2019.
"El libro es uno de los mejores inventos tecnológicos que han existido"
Pero no sólo eso, el libro contiene, además, dos ensayos únicos sobre los tiempos que corren y el momento personal por el que atraviesa el escritor. El último de ellos, especialmente, puede entenderse como un manual de resistencia. Y no solo desde una perspectiva individualista sino también como reivindicación de la política desde su significado etimológico aristotélico: 'asuntos de las ciudades', y de ahí la búsqueda del bien grupal.
Y partiendo de aquí se entiende la reflexión crítica que hace Luis García Montero sobre lo peligrosas que son esas ideas que separan, por ejemplo, la libertad de la igualdad.
Luis recuerda a Almudena
El poeta confiesa en el siguiente que es el cariño que cientos de personas anónimas han mostrado por la novelista es lo que le está haciendo recuperar el sentido a la vida.