"Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no la llamaba así". Es la primera frase de uno de los libros que en los últimos años han revolucionado la novela negra española.

La primera aproximación al crimen. La primera pista de 'El guardián invisible' (Destino, 2013). La primera piedra sobre la que Dolores Redondo construyó tramas, personajes y un complejo y misterioso universo entorno a la localidad navarra de Elizondo. "No era Boston, no era París, no era Nueva York. Y que se tirase de conceptos antropológicos e incluso históricos, no encajaba demasiado en la novela negra", cuenta la escritora.

Un comienzo complicado

El comienzo de toda esta historia, asegura, no fue fácil. "Me costó muchísimo publicar la trilogía del Baztán, me costó mucho encontrar una editorial que quisiera publicarme, yo no estaba dispuesta a cambiar la historia"

"Me costó muchísimo publicar la trilogía del Baztán"

Pero una vez desencadenado el fenómeno se acumularon las colas y las firmas. La saga continuó. 'Legado en los huesos', 'Ofrenda a la tormenta', y de ahí el salto a la gran pantalla.

Éxito literario y cinematográfico

Tres películas y más de 230 ediciones, una treintena de traducciones y millones de lectores en todo el mundo. Su sueño cumplido llegó en 2016 forma de galardón: el premio Planeta.

Pese al éxito, Redondo no olvida ni los duros comienzos ni sus raíces, raíces bien arraigadas a esa tierra fría. "Volveré siempre a mi norte. Creo que el norte está por dentro. Puede ser Elizondo o pueden ser otros Elizondos".

Con 'La cara norte del corazón' (Destino, 2019), su última novela, pone el broche hasta la fecha a una carrera literaria construida sobre los cimientos de la intriga, la rabia, dice, y la pasión por la literatura.