Cuando Bob Pop habla, el mundo calla. No siempre ha sido así. Durante muchos años este niño al que hoy conocemos como Bob Pop aprendió a callar para pasar desapercibido en un mundo que no entendía su pluma ni su inteligencia. Hoy, precisamente, es celebrado por todo eso.

De Tolstói a Chenoa

"Es que mi vida es Tolstói y Chenoa", dice divertido Bop Pop cuando le preguntamos cómo es capaz de mezclar sin pudor textos de autores tan elevados con la cultura más popular. "Esa obsesión por la alta y la baja cultura, que a mí me parece muy clasista, yo no creo que exista. Estamos conformados por un montón de estímulos muy diferentes, desde Susan Sontag hasta Bisbal", sentencia.

"Todo lo que nos emocione o nos haga bailar merece la pena"

Llegamos a la conclusión de que hay una "cultura canon" que condena al nicho a todo lo que no encaje ahí. "Es algo que está perfectamente coordinado, tienen que invalidar tu gusto, invalidar tu criterio. Tú no vales ni siquiera como elector de lo que te hace gozar", reflexiona el autor de 'Días simétricos' para terminar diciendo: "Todo lo que nos emocione o nos haga bailar merece la pena".

El niño que sufrió bullying

Lo dice quien siendo el maricón listo de la clase aprendió pronto y a hostias a disimular "controlando los gestos para esconder la pluma, no demostrando todo lo que sabía" para evitar el bullying.

"Me di cuenta de que ser listo y demostrarlo no solo conllevaba una colleja, sino que podría dar dinero"

Por suerte para él y para nosotros, aquello se acabó. Recuerda como un momento clave de su vida fue cuando se dio cuenta de que "ser listo y demostrarlo no solo conllevaba una colleja, sino que te podían pagar por ello".

Sobre el afecto

Ahora es uno de los hombres más divertidos, inteligentes y celebrados de España aunque él no lo tenga claro. "En serio, siempre pienso que hay una confabulación de gente supersimpática que se ha puesto de acuerdo para hacerme caso y que yo me sienta bien", bromea.

"Hay una confabulación de gente supersimpática para que yo me sienta bien"

Hoy hablamos con Bob Pop por 'Días simétricos', un libro que son muchos a la vez. Es su diario mezclado con los de ilustres como Kafka. Y no lo hace para competir con sus vidas, pero sí le ha ayudado a entenderse mejor. "Me he dado cuenta", confiesa, "de que cuando te pones barreras lo que estás impidiendo es que la gente te abrace".