1. Mete la cabeza en el congelador
Solo un ratito para que no te llamen raro y evitar resfriados absurdos.. Hay quien dice que el frío es la última panacea contra el envejecimiento, y otros defienden que ese contraste de temperatura ayuda a combatir los ataques de asma. Sea como fuere, abrir el congelador cuando hace demasiado calor en casa puede ayudarte a recuperar el aliento de manera momentánea. Sobre todo si hay helados dentro.
2. Échate agua fría por la cabeza
Es el instinto básico de cualquiera que tiene mucho calor. Coger la primera botella de agua que tenga a mano y vaciarla en la cabeza. Adelante. No hay que perder las buenas costumbres y además el cabello mojado tardará un ratito en secarse. El ratito de frescor que tanto anhelas.
3. O mejor, un spray de agua templada
Un fru fru de esos que usa tu madre o la pistolita de agua de tu hijo. Lo que sea que te permita echarte agua por el rostro cuando no soportes más calor y el abanico no sea suficiente. El choque térmico del agua fría sobre el cuerpo produce una sensación instantánea de frío, aunque también reactiva el organismo y el gasto energético provoca que sientas de nuevo más rápido el calor tras esa mini ducha. Lo mejor, según los expertos, que el agua esté templada.
4. Usar las manos a modo de abanico
Si esto lo hacen tantas personas mayores es porque funciona. Así que si no tienes spray de agua ni abanico a mano, prueba a usar las manos para refrescarte un poco. Si las mueves muy rápido, igual hasta te copian la idea los fabricantes de molinos de energía eólica.
5. Toma una bebida caliente
Sí, caliente. Los fisiólogos explican que al ingerir bebidas calientes en verano los receptores de temperatura en el cuerpo se activan, llevando el mensaje de que deben comenzar a poner en marcha una serie de procesos para eliminar calor. Por el contrario, si tomas una bebida fría, el organismo empieza a trabajar para aclimatar el líquido que acabas de ingerir a los 36-37 grados del cuerpo. Trabaja y, por tanto, gasta energía y provoca calor. Por tanto, aunque en principio pueda parecer que una bebida fría ayuda a refrescarnos, el placer es sólo momentáneo. A la larga, una bebida caliente nos ayuda a pasar mejor los meses de verano.
6. El truco del hielo
No vamos a pedirte que llenes la bañera de cubitos ni que saques el hielo del gin tonic para refrescarte, pero lo que sí suele funcionar para bajar la temperatura corporal es colocar bolsas de hielo en las muñecas, los tobillos, los brazos, la nuca y el pecho. Un truco personal para refrigerar el cuerpo es ponerse paños fríos en el cuello y en la frente. Prueba a meter un trapo húmedo en el congelador y úsalo como cuando tenías fiebre de pequeño.
7. Pon una piscina hinchable en casa
Un buen chapuzón en el mar o en la piscina es la mejor opción para aclimatar el cuerpo en verano. Qué te vamos a contar que no sepas. El agua fría baja al instante la temperatura corporal y quedarse varado junto al bordillo cual ballena en libertad es una de las mejores sensaciones de esta vida. Si no tienes piscina de verdad, hazte con una hinchable. Y cuanto más grande mejor.
8. Comer un helado
Mucha bebida caliente para que el organismo no trabaje, pero ¿a quién no le apetece un helado cuando el sol no da tregua? Los hay de todos los sabores y tamaños, pero sólo es verano una vez al año. No escatimes en gastos.
9. Apuesta por ropa ligera
Otra de las recomendaciones para estos días de calor sofocante es utilizar ropa ligera. Olvídate de tejidos gruesos como el algodón o la lana. Déjalos en el armario hasta septiembre y opta por prendas más vaporosas y frescas como la seda o el lino. También estarás más cómodo con ropa holgada que permita la transpiración. Muerte a los pitillo.