He quedado con un tipo que, aparte de ser un buen amigo, ha saboreado las mieles y hieles de la industria musical desde sus diferentes ángulos. Nada más empezar a hablar del tema, y por culpa de mi desconocimiento en la materia, cometo el primer error: ¿Orquesta o banda?, ¿cómo se dice? Si son dos miembros: 'dúo', si son tres: 'trío'.

A partir de aquí todo es un poquito más sofisticado. Si son varios miembros, y sin bailarines, estaríamos hablando de un 'grupo-orquesta', y si a este grupo-orquesta le sumamos la presencia de bailarines, estaríamos hablando de una 'orquesta-espectáculo' (este nombre me fascina). Pues bien, mi amigo ha tocado en todas y cada una de estas formaciones.

Y hablando precisamente de las orquestas-espectáculo, cuando estuvo en una de ellas, me cuenta mi amigo que llegaban a ensayar cinco días a la semana, lo cuál, según él, es una barbaridad, y más teniendo en cuenta que luego tocaban en playback.

Él era muy joven, apenas estaba empezando, y por lo tanto, su actividad se limitaba a 'ver, oír, callar, tocar y cobrar'. Evidentemente, ese gran sin sentido era, como se suele decir, la crónica de una muerte anuncia, y por culpa o gracias a un error, los pillaron, les suspendieron unos cuantos bolos y no les pagaron otros tantos.

Pese a su juventud, entre unas cosas y otras, mi amigo lleva cerca de 15 años de orquesta en orquesta. A finales de los 90 dio clases de bajo eléctrico en una escuela de rock. Montó y lideró varias bandas en las que él era la voz cantante, y lo digo literalmente. Compuso decenas de canciones, grabó discos, dio conciertos, ganó concursos...

Actualmente está terminando sus estudios de guitarra clásica en un Conservatorio Superior. También acabó Magisterio, y ahora imparte clases de música. Y como él hay muchos. Gente muy creativa y muy cualificada que ve en las orquestas una manera de ganar dinero con la música. Así me describe mi amigo, a modo de tweet, sus comienzos 'orquesteros': “Uno de mi barrio quería montar una orquesta, me dijo que iba a ganar mucho dinero con la música y al final me convenció. La panacea se convirtió en la orquesta: Españolísimos”.

Pero él llegó tarde al 'Boom de las orquestas'. En los 90 las orquestas hacían más de 100 conciertos al año, él nunca ha sobrepasado los 30. Y ni muchísimo menos gana lo que se ganaba antes, él como mucho, en una Nochevieja, ha podido llegar a cobrar 300 euros, cifras minúsculas con respecto a las cifras de antaño. Afortunadamente, esas cantidades de euros del pasado son inversamente proporcionales al número de altas en la Seguridad Social del presente.

Aun así, el dinero es dinero. Así que cuando llega el verano, vocalistas de bandas de Death Metal abandonan su local de ensayo y se suben a un escenario a cantar por Nino Bravo. Cualquier persona de cualquier banda de cualquier estilo es susceptible a tocar en una orquesta.

Las canciones más solicitadas

Mi amigo está en casa escuchando a los Surfin´, a Siniestro, a Pixies, a Radiohead, o a Beethoven, se mete en un coche, y un par de horas después está tocando los acordes de cualquiera de los muchos pasodobles de su repertorio. Un repertorio siempre al servicio del pueblo en el que toquen, pero siempre dejando claro dónde están los límites ya que las orquestas no son Jukebox. Le pregunto por esa canción, por ese hit inmortal que, sí o sí, no han parado de pedirle durante estos 15 años. Y no es ni 'La Macarena', ni 'Paquito el chocolatero', ni 'El Aserejé', sino 'Corazón Salvaje' de Marcela Morelo. Ni siquiera estaba en mi lista de 'Las 50 primeras'.

No puedo evitar preguntarle por 'sexo, drogas y rock n´ roll'. Él es un profesional y nunca ha tocado ebrio salvo una vez. Afortunadamente un montón de borrachos subieron a cantar al escenario, pudo camuflarse y pasar desapercibido. Estamos hablando de fiestas de pueblos, por supuesto que hay de todo, aunque me confiesa que él nunca ha sido muy activo en este sentido. Y por supuesto que hay 'fuckers orquesteros', pero él no es uno de ellos. Me cuenta que una vez ligó, y cuando estaba en casa de la chica los padres de ella aparecieron de repente y los pillaron. No se me ocurre un final mejor para este artículo.