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PUBLICA LIBRO Y NUEVO DISCO

Niño de Elche: ni flamenco ni indie, un cantaor de verso libre

Decir que Francisco Contreras procede en libertad es casi una redundancia. Considerado de los músicos más soberanos del indie de los últimos años, presenta ahora su primer libro, 'No comparto los postres' y un disco junto a Toundra.

-'No comparto los postres' es el primer llibro de Niño de Elche.

'No comparto los postres' es el primer llibro de Niño de Elche.Rafa Alcaide

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Hace apenas dos años, no muchos sabían quién era Niño de Elche. Llevaba más de una década en la música cuando por fin el público se fijó en él. Probablemente aburrida tras eones de sonidos adocenados, la estudiosa parroquia de los festivales acogió de brazos abiertos la propuesta de fusión honda y nueva que traía el ilicitano. Poco a poco, él también empezó a percatarse de que el ninguneo de flamencos y modernos que había padecido durante años se estaba quedando atrás.

Sus atrevimientos fueron seduciendo periodista a periodista y enseguida los medios de empezaron a devolverle la imagen de qué personaje era él. Al mismo tiempo, su buzón se llenaba de invitaciones para participar en proyectos y sus redes pasaban de decenas a miles de seguidores. Un día dijo: "Hostia". En la última edición del Sónar, fue consciente de que miles de personas se estaban peleando por verle actuar. "No me produjo un mayor sentido de la responsabilidad, porque eso siempre lo he tenido. Sí las ganas de seguir haciendo cosas, porque mi termómetro sigo siendo yo. Son procesos curativos, antídotos de libertad para ir superando miedos".

Ese termómetro con el ánimo de un aventurero del XIX le llevó a la literatura. Le cuesta llamarse escritor aunque acabe de publicar un libro y aunque desde que lo ha hecho esté escribiendo todos los días. Ha pasado las navidades en Elche, donde vivió horas duras de infancia y juventud. Fue el precio que tuvo que pagar por reafirmarse en la diferencia. Sería un ilicitano buscándose en el jondo y un flamenco dejándose seducir por el rock independiente… opciones acaso poco amables para un chaval de provincias y para el traje ceñido que muchas veces se coloca la música en este país. Ese tiempo lo disecciona ahora en No comparto los postres, que acaba de publicar con la editorial Bandaàparte.

Y, aunque esta es la primera vez que se sumerge en el mundo abisal de la escritura, lo cierto es que su relación con ella nace en la adolescencia, cuando descubrió a los cantautores. "Toda esa gente que ofrecía un contenido distinto a lo que yo podía haber asimilado con el flamenco, artistas que cantaban a poetas. Paco Íbañez fue quizás el que más me hizo reflexionar sobre las posibilidades de la poesía y la música", cuenta con una voz que suena apacible cuando la emplea para charlar.

En adelante, su formación como lector y como escritor se fue cincelando azarosamente. "Tenía ese ánimo de leer cosas buenas". Un día, gracias a la invitación de la editorial, sintió también el deseo de poner en orden sus vivencias. La primera parte de No comparto los postres, en la que desenreda los traumas de la infancia, tiene mucho de vómito. "Fui escribiendo sin buscar un sentido y luego incluí unas conversaciones que tenía guardadas… mi editor es el que lo ha organizado", agradece.

El lector encontrará aquí a la misma psique que huye despavorida de la evidencia para ir a la caza de lo auténtico. "Siempre estoy en ese proceso artístico, de buscar, como dices, la autenticidad. Lo hago sin alardes, para descubrir cosas de mí mismo que me sorprenden. En el libro he hallado cuestiones internas que quizás había obviado por las circunstancias. Es lo que he hecho, plasmar sensaciones, recrearme en el imaginario del recuerdo. Una vez que lo he visto en el artefacto que es el libro, me he sentido impactado. Se lo pasé a mis amigos poetas y escritores y le dieron el visto bueno. Esta es otra relación con la que uno hace, una nueva relación…".

En el libro, en el que hay prosa, haikus y aforismos, se habla de política, de flamenco, pero confiesa Niño de Elche que hay textos que no ha podido leer en las presentaciones. Fundamentalmente, los primeros pasajes, donde más se desnuda al narrar la violencia sociopolítica de una ciudad industrializada en decadencia como Elche, la de los modelos de lo que uno debe ser. "Esa es la parte que más me ha hecho soltarme. Me ha costado escarbar ahí pero este, como otros, es un proceso curativo, el libro tenía esa misión".

Para Contreras, así en la música como en cualquier rama de la creación, siempre hay una palabra que, en cada momento, hace las veces de motor. Durante varios años, cuando andaba enrolado en el anarquismo, procedía empujado en la musicalidad de los vocablos 'revolución' y 'justicia'. En este tramo de su trayectoria, en cambio, la búsqueda está inspirada en el concepto de libertad. "Cada palabra me empuja a moverme, a encontrarme con gente, a saltarme prejuicios", enumera.

"Quizás la libertad es demasiado grande para mí pero es mi faro, trabajar en libertad es una necesidad, no un alarde estético. La fuerza que pueda tener lo que hago reside ahí. Se trata, por un lado, de relacionarte con tus miserias y derrotas. Y, por otro, de esas ganas de respirar empleando al arte como cauce". Ha cumplido su objetivo, pues no hay crónica, crítica o entrevista que no emplee el término para referirse a él. "Pues si yo soy la libertad en la escena artística, entonces es que hay mucha pobreza ahí", bromea.

Pero sabe Paco que pocos intérpretes hay tan 'kamikazes' como él, que en su día entendió que el amateurismo era un valor en alza, pero que se alegra de haberse topado con creadores que comparten su interés por rebuscarse en las entrañas, cada uno en su dimensión.

"Siempre hay un anhelo de que los otros se atrevan, se liberen y den más. En mi caso es que la guitarra y el canto se me quedaban cortos, necesitaba otras cosas". Y en esos otros territorios, además del libro, llega ahora el disco que ha grabado con Toundra, bajo el paraguas de Exquirla, un trabajo que saldrá a la venta el próximo 17 de febrero. Surgido en los entresijos del último Monkey Week, y titulado Para quienes aún viven (Superball Music), en él ponen música a los poemas de Enrique Falcón, un autor que cuya obra le acompaña desde hace años.

"Haremos algunos directos juntos, pero ahora comienzo a grabar también mi siguiente disco, con Pedro G. Romero en la dirección artística y Refree en la producción. Será muy diferente al anterior y tendrá relación con lo flamenco. Mi intención es que sean varios discos con distintas colaboraciones, porque será muy conceptual", adelanta.

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