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Y ESTO ES LO QUE PASÓ

Me fui de cañas con mi madre por Malasaña

Mi madre no es una moderna. No es una persona anticuada tampoco. Cuando me comentaron que me invitaban a una fiesta en Malasaña justo el fin de semana que ella venía de visita, no lo dudé mucho. Mi madre se venía conmigo.

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Me parecía interesante meterla en ese mundillo y ver cuáles eran sus impresiones. No os voy a engañar, a las once y media de la noche ya estábamos en casa. Mi madre tiene poco aguante y, bueno, yo tampoco. Había dos sitios que tenía marcados en el itinerario, el microteatro y la fiesta de una película independiente española.

Empezamos con sus impresiones sobre el microteatro, donde nos tocó quedarnos de pie por entrar los últimos. Fuimos a ver Nuestros Hijos donde actuaba mi amiga Belén Riquelme, “La historia muy bonita” me comentó, incluso teorizó sobre el final (que omito por los spoilers).

A ver tuve ojo en meterla en una historia sobre padres e hijos porque sabía que el sitio cómodo no era como para aguantar una obra con la que no conectes. “No parecían actrices de verdad, sino gente normal” esto dicho así podría parecer un insulto porque de primeras pensé “joder que Belén no te escuche” pero no, se refería a que se las creía en el papel de madres de verdad.

El sitio. Pues muy moderno pero para ella no es. Estábamos apretujadas junto a un amigo y yo casi me como la puerta. “Porque ha durado quince minutos, pero llega a durar media hora y no aguanto”. A pesar de que la historia le gustó, si tiene que elegir se queda con un teatro de los de toda la vida. Fuimos a ver El Reencuentro con Amparo Larrañaga y María Pujalte y claro “este sitio está muchísimo mejor”.

Después de que probara unos gofres que le encantaron, la llevé la fiesta del estreno del tráiler de la película Loca Olivia de Mariu Bárcena. Fue en el pub Lucy in the sky y allí estaba mi madre tomando una cerveza mientras sonaba la BSO de Trainspotting, que para ella aún sigue siendo música moderna.

Tras las presentaciones y saludos efusivos, empiezo a preguntarle a mi madre qué le está pareciendo todo (luego le tuve que decir que iba a escribir un artículo porque tanta pregunta era un poco raro) “Aquí todo el mundo es muy feliz ¿no? Un poco en los mundos de yupi pero bien”.

Ahí le tuve que contar la triste realidad de casi todos de los que nos dedicamos a escribir o al cine independiente español, por mucho que nos riamos y nos hagamos selfies, somos autónomos, no tenemos ni un duro y no sabemos qué va a pasar con nosotros.

Precisamente Mariu y Cris Arana (directora y productora) presentaron el tráiler diciendo “esto es lo que pasa cuando juntas a dos actrices en paro”. El sitio estaba llenísimo y me acerqué a grabar el tráiler como pude mientras mi madre se quedaba en una esquina de la que se había apoderado.

Tuvo ojo porque luego me dice “en la película sale la de Aída” por Marisol Ayuso que participa en ella. El que se va a Sevilla perdió su silla y tras hacernos algunas fotos, yo incluso posé con Mariu obligada por mi madre (no es nada en contra de Mariu pero me gusta muy poco que me hagan fotos) perdimos nuestro taburete así que tras terminar de saludar a todos, nos marchamos.

En este caso descubrí una cosa, qué fácil es hacer una bomba de humo en una fiesta cuando tienes de excusa lo de “es que he venido con mi madre y se cansa tanto tiempo aquí”. Ni confirmo, ni desmiento que este fuera el caso.

Como a la ida me entró ganas de ir al baño y yo tenía intención de que mi madre viviera un poco más el moderneo madrileño, entramos en el Bar Picnic un momento. Lo que tardaba mi madre en pedirme una cerveza, yo en ir al baño y casi quedarme encerrada otra vez (si vais, chicas, la puerta del baño hay que dejarla abierta).

Así que allí le presenté a un amigo y al dueño del bar, Adrián que como es hermano de Xoel López el Picnic ganó puntos con mi madre porque es muy fan (por mi culpa desde que la obligué a ir a un concierto).

Conclusiones en el Picnic. “Es un sitio más tranquilo”, todo un acierto aquí porque no ponen música pero como un amigo una vez me dijo “en el Picnic no ponen música porque no hace falta con el reverb de los egos de la gente”.

A las 23:30 ya estábamos en casa viendo La Llamada pero mi madre por fin ha descubierto qué se cuece en Malasaña y lo mejor de todo que tengo amigos.

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