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¿BLACK METAL O NOISE EXPERIMENTAL?

¿Cuál es la música más extrema que existe?

Black metal, grindcore, noise experimental... Estos son, según los expertos, los géneros y grupos que harían pensar a los no iniciados que tienes un severo problema de salud mental.

-Merzbow es pionero en el noise experimental y su música es muy bestia.

Merzbow es pionero en el noise experimental y su música es muy bestia.D.R.

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Extremo es algo que está en su grado más intenso, elevado. Un adjetivo que, aplicado a la música, abre un amplio abanico de posibilidades. Tantas como géneros pueden ser llevados al límite hasta volverse insoportables para los que no estén familiarizados con sus códigos y su lenguaje. Música que jamás podría sonar en un centro comercial o en el hilo musical de un dentista. Y que, sin embargo, significa mucho para algunos. Una forma de evasión y disfrute tan válida como cualquier otra manifestación cultural. Incluso una forma de vida.

Pero ¿qué es extremo cuando hablamos de música? Seguramente dependerá de a quién se le pregunte. También del cuándo. En los años 50, las mentes bienpensantes de la época se llevaban las manos a la cabeza ante el imparable crecimiento del rock and roll.

Sostenían que las canciones de artistas como Elvis Presley o Chuck Berry pervertían a la juventud y la conectaban con un lado salvaje más propio de los negros, a los que consideraban aún por civilizar. Se llegaron a repartir octavillas en las que se alertaba del peligro de exponerse a aquellas melodías demoniacas. E incluso muchas de las grandes cadenas de radio se negaron a hacer girar aquellos discos de vinilo. Eran otros tiempos.

Hoy en día, los grupos del black metal rinden tributo a Satanás en sus letras y exhiben animales muertos en sus conciertos.

El grindcore canta sobre vísceras y operaciones quirúrgicas. La velocidad endiablada del hardcore punk supura agresividad a raudales. Y el noise juega con los ruidos para crear ambientes en una amalgama sonora que, para muchos, difícilmente podría ser calificada de 'música' al carecer de los elementos que supuestamente la componen: armonía, ritmo y melodía. Pero, ¿cuál es la música más brutal, agresiva y extrema que se ha hecho jamás?

"Tratar de dar con la música más extrema que existe es una tarea complicada", reconoce Joan S. Luna, redactor jefe de la revista musical Mondosonoro. "Por mis oídos han pasado infinidad de discos brutales, aunque siempre asocio extremo a sonidos radicales: grindcore, noise, terrorismo electrónico…"

En ese sentido, Luna lanza una serie de nombres: "si tuviera que quedarme con unos pocos, incluiría a Prurient, algunos artistas de Cold Meat Industry, algo de black metal nórdico, obviamente a Whitehouse y Throbbing Gristle, a infinidad de nombres japoneses como Merzbow, Hanatarash, The Gerogerigegege o a clásicos como 7 Minutes Of Nausea. Pero posiblemente lo más radical que he visto y escuchado en mucho tiempo son los conciertos de apenas cinco minutos del japonés Masonna".

Joan reflexiona sobre un sentimiento compartido por todos los que conocen bien este tipo de propuestas. "Conforme más radicalismo escuchas, más te acostumbras a él y menos peligroso te parece".

Algo parecido le ocurre a Juan Nieto, El Indio, quien fuera parte del grupo punk Tarzán y su puta madre y dueño de la sala de conciertos Gruta 77, en Madrid, en la que ha visto centenares, miles de conciertos. Aunque en lo que se refiere a propuestas extremas, tiene sus preferencias.

"Creo que las dos bandas más bestias que han pisado nuestro escenario han sido Ratos de Porao y Zeke. Pero la que más me impactó la primera vez que la escuché sigue siendo Discharge y su disco Hear nothing, see nothing, de 1982".

Paco Fernández, dueño de la tienda, sello discográfico y oficina de management Holy Cuervo, trabaja además para el sello alemán de metal Century Media, uno de los más reputados de Europa. Es, por tanto, un auténtico experto en el lado más agresivo y violento del género. "Por música extrema se pueden entender muchos conceptos distintos", apunta.

"Pero si nos ceñimos a aquello que verdaderamente te confronte con tus propios límites, creo que la vez que más incómodo me ha hecho sentir la música fue en Italia, hace unos seis años, cuando me vi metido en un concierto de una banda italiana de black metal nazi. No recuerdo el nombre de la banda, no eran especialmente buenos ni especialmente brutales en términos sonoros, pero vestían como el Klu Klux Klan, hacían apología del nazismo y el público no aplaudía entre canción y canción: saludaban haciendo el 'sieg heil'. Nunca me había sentido más intimidado en un concierto, y aún recuerdo la sensación: una mezcla de miedo, sorpresa y rabia, y lo extraño que se me hizo que aquello fuera provocado por algo tan normal como un concierto de rock".

Quizá los terrenos de la electrónica experimental sean uno de los mejores caldos de cultivo para los sonidos extremos. Data Error es el nombre artístico de Goli Méndez, un productor de música electrónica afincado en Lanzarote y experto en todo lo que tiene que ver con los sonidos creados por máquinas.

"Merzbow, como pionero del noise experimental, sigue pareciéndome lo más bestia a día de hoy", cuenta. "A nivel de música en directo, ha llegado a ver cosas realmente bizarras. "En una ocasión vi a KTL en Rivadavia (Galicia), dentro de una iglesia románica llena de humo y con muy pocas luces. La actuación terminó antes de tiempo porque la gente del pueblo, asustada, llamó a la policía y los bomberos", recuerda entre risas. Para Goli, el noise tiene algo poderoso, casi espiritual.

"Una vez entras en esta música y asimilas la sonoridad de los artistas, se genera en ti un estado de relajación muy especial. Según vas percibiendo las distintas variaciones del sonido, éstas te van guiando dentro de ese estado en algo muy parecido a un trance". Quizá sea la búsqueda de ese trance lo que une a todos los amantes de la música extrema, sea cual sea se forma.

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